Removida de mí la capa de insensibilidad que no me había dado cuenta que me cubría. Ya se empezaba a adherir y la despegada ha sido dolorosa, temblorosa, casi destructiva, pero no alcanza, lo que no quiere decir que sea menos fuerte. Sacudida, sorprendida por lo que pensé que no existía. Sorprendida y sacudida insospechadamente.
Qué cosa, qué cosa tan rara esta vida.
Y qué cosa tan difícil de soportar lo que estoy sintiendo.
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