Hoy suelto todo.
Hoy suelto el pasado.
Hoy suelto los pensamientos sobre el futuro.
Hoy suelto la responsabilidad de salvar el planeta:
Yo no soy salvadora de nada: ni de mí misma.
Hoy suelto la tristeza que me da esta densa humanidad.
Hoy suelto los maltratos que me aporrearon:
hoy suelto la torpeza mía y de los otros.
Hoy suelto la trascendentalidad y me vuelvo pasajera de mi existencia.
Hoy suelto todo lo que me ata:
cada vez quiero más simpleza,
cada vez veo más vana esta realidad y sus superficiales exigencias.
Hoy me monto en mí y vuelo en mi presente con los seres que amo.
Alea iacta est.
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miércoles, junio 24, 2020
domingo, marzo 22, 2015
Poema a Nairo Quintana
Neoficiální: Nairo Quintana
Poema a Nairo
Constante, constante,
suave, permanente
arriba, arriba
constante
rítmico
permanente.
Tranquilo.
Preparada la mente,
listo el cuerpo.
¿Agotado?
¡Jamás!
¿Cansado?
– Seguro…
– Pero… ¡no se le nota!
– Como aquélles que saben meterse en la mente
y navegarla
– ¿Pedalearla mejor?–
– Pedalearla surfeando las escarpadas montañas
Nairo, Nairo…
con fuerza de bestia y calma de Zen
Nairo, Nairo…
Salvaje Maestro Zen en dos ruedas.
Nairo, Nairo,
Maestro Zen.
Fuente foto: http://carlosprieto.net/index.php/2013/07/el-nuevo-ciclismo/
lunes, diciembre 30, 2013
Otro poema del padre
Como la abeja,
el hombre
se debate contra el vidrio.
Con una diferencia:
no hay vidrio.
Manuel Mejía Vallejo
el hombre
se debate contra el vidrio.
Con una diferencia:
no hay vidrio.
Manuel Mejía Vallejo
domingo, diciembre 29, 2013
Se me devolvió el poema que tantas veces me salvó…
jeje…
la vida, ¡uau!
¡cómo me sorprende la vida!
Especialmente, cada vez que pienso que ya la tengo…
coge y me revuelca,
m'enlicuadora
y m'enlavadora
y m'…
jeje…
la vida,
¡uau!
¡Cómo me sorprende la vida!
(y… ¡cómo me dan de duro estas sorpresas!
la vida, ¡uau!
¡cómo me sorprende la vida!
Especialmente, cada vez que pienso que ya la tengo…
coge y me revuelca,
m'enlicuadora
y m'enlavadora
y m'…
jeje…
la vida,
¡uau!
¡Cómo me sorprende la vida!
(y… ¡cómo me dan de duro estas sorpresas!
jeje…
la vida,
¡uau!
¡Cómo me sorprende la vida!
domingo, mayo 12, 2013
Whoever You are, Holding Me now in Hand
WHOEVER you are, holding me now in hand, | |
Without one thing, all will be useless, | |
I give you fair warning, before you attempt me further, | |
I am not what you supposed, but far different. | |
Who is he that would become my follower? | |
Who would sign himself a candidate for my affections? | |
The way is suspicious—the result uncertain, perhaps destructive; | |
You would have to give up all else—I alone would expect to be your God, sole and exclusive, | |
Your novitiate would even then be long and exhausting, | |
The whole past theory of your life, and all conformity to the lives around you, would have to be abandon’d; | |
Therefore release me now, before troubling yourself any further—Let go your hand from my shoulders, | |
Put me down, and depart on your way. | |
Or else, by stealth, in some wood, for trial, | |
Or back of a rock, in the open air, | |
(For in any roof’d room of a house I emerge not—nor in company, | |
And in libraries I lie as one dumb, a gawk, or unborn, or dead,) | |
But just possibly with you on a high hill—first watching lest any person, for miles around, approach unawares, | |
Or possibly with you sailing at sea, or on the beach of the sea, or some quiet island, | |
Here to put your lips upon mine I permit you, | |
With the comrade’s long-dwelling kiss, or the new husband’s kiss, | |
For I am the new husband, and I am the comrade. | |
Or, if you will, thrusting me beneath your clothing, | |
Where I may feel the throbs of your heart, or rest upon your hip, | |
Carry me when you go forth over land or sea; | |
For thus, merely touching you, is enough—is best, | |
And thus, touching you, would I silently sleep and be carried eternally. | |
But these leaves conning, you con at peril, | |
For these leaves, and me, you will not understand, | |
They will elude you at first, and still more afterward—I will certainly elude you, | |
Even while you should think you had unquestionably caught me, behold! | |
Already you see I have escaped from you. | |
For it is not for what I have put into it that I have written this book, | |
Nor is it by reading it you will acquire it, | |
Nor do those know me best who admire me, and vauntingly praise me, | |
Nor will the candidates for my love, (unless at most a very few,) prove victorious, | |
Nor will my poems do good only—they will do just as much evil, perhaps more; | |
For all is useless without that which you may guess at many times and not hit—that which I hinted at; | |
Therefore release me, and depart on your way. – Walt Whitman (1819–1892)Leaves of Grass1900 Whitman… Whitman… gracias, Whitman, desde siempre. |
martes, julio 03, 2012
58
El hombre de virtud superior no considera su virtud
Luego tiene virtud
El hombre de virtud inferior cuida su virtud
Luego carece de virtud
El hombre de virtud superior jamás actúa
Sin embargo nada queda sin que sea realizado
El hombre de virtud inferior actúa
Sin embargo deja sin realizar todas las cosas
La Bondad Superior carece de intenciones
La Justicia superior tiene siempre generalidades
La acción ritual necesita de observación
y fuerza para someter a los hombres
Cuando Tao se pierde aparece la humanidad
Cuando la humanidad se pierde aparece la justicia
Cuando la justicia se pierde aparece lo ritual
Así lo ritual oscurece a la humanidad
Entonces empieza la confusión
Los profetas son la flor del Tao
El comienzo de la locura
Por lo tanto el hombre de virtud superior
Se atiene a lo sólido y no a lo ligero
Habita en la fruta y no en la flor
Así rechaza lo último y persiste en lo que permanece
- Lao Tse, Tao te King
viernes, junio 29, 2012
De hojas y de hombres
Es la primera vez (o de las pocas) que veo hablar tan precisamente sobre Gringolandia a.k.a U.S.A., Estados Unidos. Conmovedor. En tiempo de Vietnam e igual de vigente, acá va:
DE HOJAS Y DE HOMBRES
Cae una hoja de guayacán sobre mi frente,
cae un hombre en Vietnam sobre sus arrozales.
(El viento en el tronco y en el liquen,
en Asia los cañones y la sangre).
Vuelve a tus cosas, invasor,
a los rascacielos congelados,
a los tabacales de Virginia,
a las calles de Brooklyn y Chicago,
al aire cálido de Texas,
a tu petróleo, a tu bar, a tu caballo.
(Cae el llanto en la greda,
rabian más arrozales inundados).
Vete a casa, extranjero, el mundo es ancho,
vete al rodeo, al béisbol ,
vete al night club, a tu mar largo.
Si quieres paz entre tu casa
no lleves guerra a las palomas
ni a las águilas.
(Una hoja de guayacán vuela en el aire,
cae en mí, de tu bala, un hombre oscuro).
Vuelve a tu tierra generosa
bajo los altos pinos, sobre los enrielados,
a la fuente de soda, a tu trabajo.
Vete a tus aulas, que la tierra es poca
para tu odio ajeno, para tu ardor prestado.
Desde arriba te llama Abraham Lincoln
y te llaman los astros.
(Cae una hoja, cae un hombre, cae
de unos brazos morenos un moreno cántaro).
Vete a tu leña, leñador,
vete pastor a tus ganados,
vete piloto a tus distancias,
vete a tus búfalos, llanero solitario.
Vete a tu hermosa tierra sol- y-nieve,
a tus maizales de Iowa,
al hondo sur y su río ancho,
al padre río, a los crecidos pastos.
(Viento salobre en escondidas ramas,
viento de sangre en tierras inundadas).
Vuelve a tu arado, a tu azotea
de neón y alquitrán,
vuelve a los aires suburbanos
donde hay niños con cielo entre los ojos,
donde hay viejos con niños de la mano.
Vete a los verdes de Montana,
a las redes de los grandes lagos,
a la mina y a las uvas de ira,
al odio y los trenes subterráneos.
(¿Que hacen tus botas en Vietnam, soldado?
¿Qué hace tu muerte sin futuro
en un barro que no es tu propio barro?)
Vuelve a la anchura de Walt Whitman,
a la ballena blanca , al pony colorado,
al aullar del coyote nocharniego,
a tu huelga y tus parques y tus barcos.
Vuelve a tu jazz y a tu tristeza
de cemento y acero congregados,
a los trigales de oleajes rubios,
bajo dos alas en un vuelo blanco.
(En Asia caerán hojas y hojas,
en mí unos hombres de rostro ensangrentado).
cae un hombre en Vietnam sobre sus arrozales.
(El viento en el tronco y en el liquen,
en Asia los cañones y la sangre).
Vuelve a tus cosas, invasor,
a los rascacielos congelados,
a los tabacales de Virginia,
a las calles de Brooklyn y Chicago,
al aire cálido de Texas,
a tu petróleo, a tu bar, a tu caballo.
(Cae el llanto en la greda,
rabian más arrozales inundados).
Vete a casa, extranjero, el mundo es ancho,
vete al rodeo, al béisbol ,
vete al night club, a tu mar largo.
Si quieres paz entre tu casa
no lleves guerra a las palomas
ni a las águilas.
(Una hoja de guayacán vuela en el aire,
cae en mí, de tu bala, un hombre oscuro).
Vuelve a tu tierra generosa
bajo los altos pinos, sobre los enrielados,
a la fuente de soda, a tu trabajo.
Vete a tus aulas, que la tierra es poca
para tu odio ajeno, para tu ardor prestado.
Desde arriba te llama Abraham Lincoln
y te llaman los astros.
(Cae una hoja, cae un hombre, cae
de unos brazos morenos un moreno cántaro).
Vete a tu leña, leñador,
vete pastor a tus ganados,
vete piloto a tus distancias,
vete a tus búfalos, llanero solitario.
Vete a tu hermosa tierra sol- y-nieve,
a tus maizales de Iowa,
al hondo sur y su río ancho,
al padre río, a los crecidos pastos.
(Viento salobre en escondidas ramas,
viento de sangre en tierras inundadas).
Vuelve a tu arado, a tu azotea
de neón y alquitrán,
vuelve a los aires suburbanos
donde hay niños con cielo entre los ojos,
donde hay viejos con niños de la mano.
Vete a los verdes de Montana,
a las redes de los grandes lagos,
a la mina y a las uvas de ira,
al odio y los trenes subterráneos.
(¿Que hacen tus botas en Vietnam, soldado?
¿Qué hace tu muerte sin futuro
en un barro que no es tu propio barro?)
Vuelve a la anchura de Walt Whitman,
a la ballena blanca , al pony colorado,
al aullar del coyote nocharniego,
a tu huelga y tus parques y tus barcos.
Vuelve a tu jazz y a tu tristeza
de cemento y acero congregados,
a los trigales de oleajes rubios,
bajo dos alas en un vuelo blanco.
(En Asia caerán hojas y hojas,
en mí unos hombres de rostro ensangrentado).
Manuel Mejía Vallejo
viernes, junio 22, 2012
Baila conmigo, muchacha (José Manuel Arango)
José Manuel Arango
BAILA CONMIGO, MUCHACHA
(Al modo de Anacreonte)
La muchacha, de pelo casi azul
y largos ojos chispeantes,
se agita, azogada por la música.
Hace girar las esbeltas caderas,
sacude los hombros desnudos,
menea los pechos.
He estado, con el vaso en la mano,
morosamente viéndola bailar.
Hasta que me decido y me levanto
y extiendo el brazo invitándola,
y diciendo, entre el alboroto de la música,
para mi capote:
Baila conmigo, muchacha.
No te dejaré ver mis dientes
flojos y quebradizos,
no repares en mis sienes canosas.
Y ella vuelve los ojos sonrientes
y viene hacia mí bailando
y pasa al lado mío y
va a abrazarse con un adolescente
de dientes esplendidos.
Montañas
Bogotá, Editorial Norma, 1995
Agradezco a:
http://triunfo-arciniegas.blogspot.com/2012/01/jose-manuel-arango-baila-conmigo.html
lunes, mayo 28, 2012
Entropía
La tierra seguirá girando en caótica espiral,
Su piel cambiará de nuevo
Una y otra vez.
Adán, hombre de un día de existencia
No importa lo que hagas,
La tierra girará sin ti.
El agua seguirá agua
En su volumen,
Impotable para delfines y querubines.
El aire seguirá aire
En su volumen,
Nauseabundos humos sin aves.
Adán habrá muerto en su segundo día de existencia
Y los humildes líquenes fabricarán ozono,
Poco a poco,
En otro intento cósmico de fabricar al hombre.
- Norman Echavarría
martes, septiembre 23, 2008
Garrulería
Habla y habla de la muerte
Tiene en su escritorio
como pisapapeles
una calavera
Y ni siquiera sabe qué gesto
qué mueca
tendrá ante la muerte
José Manuel Arango
La Tierra de nadie del sueño
Poemas Póstumos
Tiene en su escritorio
como pisapapeles
una calavera
Y ni siquiera sabe qué gesto
qué mueca
tendrá ante la muerte
José Manuel Arango
La Tierra de nadie del sueño
Poemas Póstumos
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