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domingo, mayo 02, 2021

Colombia, ¿qué pasa?

Después de ver las primeras noticias del paro del 28 de abril en contra de una Reforma Tributaria absolutamente injusta y absurda, publiqué esto en las historias de Facebook:

Y una amiga me preguntó:


Le respondí a ella, que no vive en el país:


Con tanta injusticia social este pueblo no sabe centrarse en un objetivo a la vez y termina mezclando todas sus tragedias en una sola protesta: en contra de la injusta reforma tributaria... pero con la violencia y el vandalismo se pierde el foco y se "da papaya" para que no se hable sobre la revocatoria de la reforma, sino del vandalismo y del mal comportamiento en la marcha.


En Colombia son tantos los temas que nos afectan, que no logramos enfocarnos en los objetivos y y terminamos sumando en las ecuaciones peras con manzanas, piñas, bananos, uvas, fresas, mandarinas, etc., que dan como resultado un horroroso salpicón que nos deja con un subidón y, por ende, bajadón de azúcar, un pico emocional (resultado de la noradrenalina –entre otras sustancias– secretada por la suma de emociones) y, luego, indigestados, mareados y con guayabo físico, económico y moral y un resultado pobre en el que todo este salpicón confunde el objetivo central de la marcha: NO A LA REFORMA TRIBUTARIA… –en este caso la protesta del 28 y ya 29, 30 de abril, 1, 2 de mayo de 2021… ahora el hashtag es #ParoNacionalIndefinido 


Toda esta indigestión social que nos toca padecer con tanta injusticia social, resultado de la corrupción y mal enfoque gubernamental y… ciudadano también. Toda esta indigestión de injusticia social, repito, crea una amalgama, seguramente también manipulada, que lleva al vandalismo, a la violencia, a la falta de conciencia y a la confusión, y conlleva a que los medios se centren en publicar el caos vandálico y no la firme negativa a la reforma. Por ende, desaparece este objetivo en una borrosa cortina de humo donde se habla del caos generado y se termina permitiendo que quienes así lo han acostumbrado, pesquen –y enseñen a pescar, que es lo más grave pues así es como se perpetúan las costumbres– en río revuelto. En el río revuelto de una protesta que debió haber sido pacífica para que sólo se hablara de ella y no del caos que aqueja al país.


Pero ¿cómo pedirle entereza a una sociedad con hambre, con miedo y rebosante de injusticias?


Hoy lloré –porque se me salen las lágrimas y se me deforma la cara cuando las cosas me afectan tanto como me duele el amor que le tengo a este país… y a este Planetita– al ver las noticias, al ver que gente hermosa valida la violencia y el vandalismo. 


Estamos acostumbrados a mezclar el contenido de los costales (para quienes entiendan eso de “harina de distintos costales”), o para quienes sepan que distintas frutas no se pueden sumar, el salpicón de la absurda ecuación de mezclarlas todas en una suma surreal y caótica en la que resulta ingenuo pedirle a una sociedad tan aporreada coherencia y entereza para poder lograr, paso a paso, con inteligencia y estrategia, el inicio de una transformación social.


Pero ¿cómo hablar de transformación social si la lucha contra la injusticia en formas incorrectas enloda las posibilidades y cuando el desespero es alimentado por el hambre?: ¡cómo le parece la ecuacioncita a resolver!


Parecían zombies hoy en el noticiero que veía, hace un rato. Parecían zombies los poseídos atacantes a diversas entidades que encarnan la evidencia de la corrupción del país… y también otros que pagan porque sí; parecían zombies de película-gringa, pero eran zombies cegados por la situación, por el desespero, por las sustancias químicas segregadas por el sistema endocrino en los desesperados y traumatizados cuerpos… y ¡quién sabe qué otro montón de cosas que no entiendo!; zombies sin cerebro, porque la indigestión de la podredumbre de ese salpicón de insumables, de injusticias sociales le ha colmado el cerebro al pueblo y la violencia es la opción que ve como salida… parecían poseídos, también, algunos agentes del ESMAD y la policía, ciertos en sus podercillos, golpeando y hasta violando a civiles no-zombies… ni hablar del ejército.


Lee uno comentarios de personas que habrían sido solidarias con el fin, pero que, ante la violencia y el vandalismo, les surge de su desesperado ser comentarios tan horribles como estos que andan rodando en las redes sociales:


“Quieren asistencialismo, pero no quieren impuestos. Quieren educación pública de calidad y vuelven pedazos las universidades y colegios estatales. Quieren salud y violan las reglas para contener la pandemia. Son una caterva de infelices desadaptados e hijos de puta.”


… que le hacen perder la esperanza a cualquiera, porque nos meten a todos en el mismo costal y terminan quitándole la validez a una protesta absolutamente justa.


Eso sí, siempre hay bellísimos protestantes. Entre muchísimos otros:


La señora que siempre protesta con su hijo con la parálisis… se ve enorme él en un brazo y la bandera de Colombia en el otro: 



Teresa Montero y su hijo Julián Andrés durante las marchas del 28 de abril en contra de la reforma tributaria, en Manizales. Tomada por Sebastián Correa: instagram.com/sebascorrea03464


Y las tres bellísimas travestis con el top de cinta plástica amarilla de “PRECAUCIÓN”:

Video tomado de internet. No tengo la fuente


Y el equilibrista atravesando el deprimido de un intercambio vial en Medellín:

Video: instagram.com/humanmedellin 


Y la más bella de todos, que es la señora de Vélez, Santander, con las dos banderas: la de Colombia y la del encaje blanco… El país, la belleza y el coraje en una señora:



Tomada de la cuenta: twitter.com/COMUNICAMARY 

¡Sólo por esta señora este país debería componerse!

Me da esperanza, le dije a Toto Vega que le dijera. La conoce, porque es de su tierra y tienen un movimiento hermoso allá.


Los cantos, cacerolas rítmicas y todas de personas que salieron a marchar para no morirse después, incluso si este acto implica poner en peligro su vida y la de sus seres queridos: salir a marchar para no morir, con el riesgo a morir en 20 días.


Por otro lado…

Entiendo a los indígenas que tumbaron en Cali a Belalcázar, pero no era el momento… pero, también, ¿cuándo sería el momento? ¿qué acción podría reemplazar la estatua de un cretino, pero que también fundó estas ciudades?


Me entristece el vandalismo –comprensible en términos de injusticia, pero con consecuencias que sólo harán que, a menos de que suceda un milagro, sólo lograrán que, nuevamente, pague el pueblo y el gobierno llegue a pensar justificable la injusticia de una reforma tributaria de este calibre, que amenaza con aniquilar al país y a su pueblo ya cansado de levantarse todos los días a vivir círculos de infierno Dantescos en un país en el que deberíamos levantarnos todos los días a agradecer el paraíso que es este territorio.


Yo respiro acá, bañada en lágrimas, un país que ya resecó las lágrimas de su agotado pueblo. Este caos vandálico y violento es la exteriorización del interior de todos los individuos del país: se ve el desespero en las calles ante tantas malas decisiones juntas en época de pandemia, épocas que exigen lucidez en todas las tareas… de lo contrario estamos en un riesgo altísimo de caer muy hondo.


El hombre se hizo enemigo del hombre […] … el hombre invocó la fuerza oculta de su poderío y exterminó fuerzas menos afanosas, las que dominan un aire más allá de su grito. El hombre se vino abajo, irremediablemente

– Manuel Mejía Vallejo. 1980


Podría terminar este artículo con una coherente reacción negativa, pero preferiré enfocarme en la tierna ingenuidad de la que estoy hecha: 


Y lloro acá cuando me miro –como desde arriba– atestiguando mis desesperados intentos por creer que es posible crear una realidad armónica. Lloro por mi ingenuidad y, aún así, sé que seguiré queriendo y creyendo en este país tan bello y doloroso.



Este texto lo escribí el 28 de abril. Hoy es 2 de mayo y amanecemos con más noticias traumáticas: que el gobierno está militarizando el país y, como dijo en Twitter quien posiblemente, sea la única esperanza de presidente de este país, Alejandro Gaviria:

"La militarización no es la salida. Nada soluciona. Traerá más muerte, destrucción y descontento".

@agaviriau en Twitter 


Termino este artículo imposible de terminar con esta foto de la cuenta de instagram del artista Jorge Barco:

Foto: Myriam Ojeda. Tomada de la cuenta: instagram.com/nuevonomada 

Agradezco a instagram.com/nuevonomada por ayudarme a ubicar la foto, que se me había embolatado en el desorden de la protesta.


Mi deseo profundo:

¡Que Colombia llegue donde estos indígenas miran, con la belleza de la señora con bandera de encaje de Vélez, Santander!



Maria José Mejía Echeverría

Domingo, 2 de mayo de 2021

Ziruma

miércoles, mayo 27, 2020

Ayer completamos 60 publicaciones de las canciones de cuarentena

¡Qué tiempo tan raro éste de la cuarentena!

Personalmente, podría seguir en cuarentena durante mucho tiempo, pero soy una persona privilegiada por el espacio y la compañía. Sin embargo, pienso en la realidad del mundo, de la gente en general, de lo que va a pasar con este frenón-en-seco de la realidad mundial global y sólo me queda agradecer lo bendecida que he sido y respirar profundo para entender cómo surfearemos estos cambios tan agresivos que nos está tocando vivir.

Esta entrada la escribo a petición de Alejo Vélez, que me dijo que le hiciera un seguimiento a este proyecto en un blog. A mí me parece fantástica la idea, pues son taaaantas las historias para contar (pero el tiempo está más que copado entre las obligaciones normales del trabajo en la Entidad Financiera para proteger selvas que estamos montando, RADAR, resolver los asuntos técnicos de la finca y la virtualidad de la madre y la organización a fondo de Ziruma, la biblioteca de acá que es enorme y, ahora, ¡otro trasteo! –estoy en trasteos desde 2014– y la construcción, ya urgente, de mi estudio).

Cuando se oficializó el inicio de la cuarentena, mi hermana Valeria –que está en Medellín y nosotros en la finca– le pidió a mi mamá que le grabara una canción por día. Mi mamá me pidió el favor de que le grabara los videos. A mí me pareció una idea maravillosa.

Empezamos haciendo una grabación muy simple en la que básicamente mostraba a mi mamá y hacía un recorrido con la cámara mostrando imágenes de lo que hay. Ahí apareció el primer problema: el sonido se iba cuando dejaba de apuntarle a mi mamá para registrar otras cosas. Entonces, a partir de la Canción No.15 iniciamos a hacer la grabación del audio separada del video, lo que implicaba una complicación técnica: se hacía necesario editar para poder pegar audio y video y yo nunca había editado.

El programa que tenía, preinstalado en el compu, era iMovie, así que fue la herramienta seleccionada; aunque siempre había pensado que quería aprender en otro programa más profesional. Cosas de la cuarentena: se usa lo que se tiene a la mano.

He ido, desde entonces, aprendiendo y experimentando. Disfrutándome un montón el proceso, aunque mi madre al principio me enloquecía con su acosadera, pues no entendía los procesos normales que toma la edición (que todavía estoy aprendiendo) y todos los otros asuntos técnicos. Pero ahora nos disfrutamos cada vez el proceso de realizar las canciones… y ella ha aprendido paciencia.

Este proceso ha sido fundamental para ambas. Para mí, porque me ha permitido registrar las canciones que ha cantado siempre, cosa que resulta fantástico para mi obsesión por el registro y porque me ha acercado a uno de los seres que más admiro en este planeta. Para ella ha sido un pilar emocional vital, pues su edad cronológica no coincide con su edad mi física, ni mental: mi mamá es una mujer muy joven, pero tiene edad para estar obligada al confinamiento.

El enviarle las canciones a Vale y a la familia, se convirtió en un envío diario a los amigos y a algunos conocidos de las listas privadas de contactos, inicialmente de mi madre. Luego empecé a compartirlas también a algunos de mis contactos que supuse interesados y se ha ido volviendo una razón linda de reconexión y sorpresa para muchos, pues este mundo tan natural para nosotros, es desconocido por muchos y recordado amorosamente por otros.

Acá está la lista de reproducción donde pueden encontrar todos los videos que hemos ido subiendo a YouTube: 
Cuarentena: una canción al día (click aquí)
El canal es éste: 
https://www.youtube.com/belladonnawild (click aquí)

NOTA: Aunque el título indica que publicamos una canción al día, en realidad, son bastantes más pues muchas contienen ñapas, bonus y/o son especiales (como la celebración de los 97 años que tendría mi papá –al lado del roble que nos recuerda el paso del tiempo–, por el cumpleaños de mi mamá, o porque las canciones son corticas, o por Eloísa, o porque sí.

¡Feliz reseteada!

ps. espero tener el tiempo para actualizarlos e ir contándoles las historias de las canciones.

lunes, marzo 04, 2019

También caerá: Edificio Mónaco

Tal vez si se se tomaran buenas decisiones desde el principio, se habría evitado la implosión del Edificio Mónaco.
Un guía turístico muestra la supuesta cédula de Pablo Escobar a los extranjeros que están en un tour en el edificio Mónaco.

 Foto: Jaiver Nieto. Archivo EL TIEMPO


A la gente que vive al lado sí le ha tocado muy maluco: les pusieron al CTI ahí y pum! otra bomba… claro, es que ¡¿cómo ponen al CTI ahí?!… ésas malas decisiones son las que hacen que, en lugar de espacios de reconciliación y culturales.
Es cosa, también, de cuán mal se manejan aún las cosas por acá.
#EdificioMónaco #TambiénCaerá #PabloEscobar

domingo, agosto 09, 2015

Condena

La Ciudad
(1910)

Dijiste: "Iré a otra tierra, iré a otro mar.
Otra ciudad ha de haber mejor que ésta.
Cada esfuerzo mío es una condena dictada;
y mi corazón está –como un muerto– enterrado.
¿Hasta cuándo estará mi alma en este marasmo?
Adonde vuelva mis ojos, adonde quiera que mire
veo aquí las negras ruinas de mi vida,
donde pasé tantos años que arruiné y perdí."

No hallarás nuevas tierras, no hallarás otros mares.
La ciudad te seguirá. Vagarás por las mismas
calles. Y en los mismos barrios te harás viejo;
Siempre llegarás a esta ciudad. Para otra tierra –no lo esperes–
no tienes barco, no hay camino.
Como arruinaste aquí tu vida,
en este pequeño rincón, así
en toda la tierra la echaste a perder.

C. P. Cavafis
Tomado de Poesía completa. Alianza Tres. 1982

domingo, agosto 10, 2014

Asesinado el doctor Héctor Abad Gómez... (por Manuel Mejía Vallejo)

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El doctor Héctor Abad Gómez
ha muerto
Su familia invita a las exequias
que se celebrarán, hoy, a las 4 pm
en los Campos de Paz


Por Manuel Mejía Vallejo

Así rezará el cartel funerario, lo leeremos al lado de su cuerpo yacente, él, que siempre mantuvo una actitud erguida ante la vida, ante la autoridad cuando fue arbitraria, ante una sociedad indiferente y viciosa por no saber del mal ajeno, ante la injusticia y la crueldad de un mundo completamente desbordado (Héctor, hermano, estás definitivamente muerto, y todo en mí se rebela, y todo en mí grita que no puedo ver tu vida en fuga desde un país que ha perdido el respeto y la memoria.

Vos, mi camarada en tantas noches buenas, en las noches duras cuando creímos inocentemente que podríamos salvar a otros y salvarnos. Vos, Héctor, respiración tan junto al hombro, tan junto a la sangre, tan junto al pulso tranquilo o amargo de los días pero la literatura se va al diablo cuando miento tu nombre de hombre sano y bueno, vecino del caído, brazo abierto frente al desamparado, entero frente al universo y sus cosas Ahora estoy lleno de tus letras, y recupero mi derecho al llanto, a veces el llanto es necesario junto a la desolación.

Morir es ridículamente fácil, basta con dejar de respirar, o con olvidarse totalmente de los seres amados. Debería existir el derecho de escoger la hora de la muerte, o de envejecer serenamente junto a las tradiciones y costumbres auténticas La muerte ha caminado siempre cerca de nuestros pasos, y sería cobarde rehuirla cuando ataca las puertas que deberían guarecernos. Ahora yaces ahí, digno en tu muerte, cabal, señor, valeroso, tan dueño de tu bondad, tan completo en la ternura y el dolor y en la suave alegría de un simple cumpleaños, de un bautizo o un matrimonio, frente al paisaje de árboles altos, en los días azules para el regocijo.

Te recuerdo cuando en el Hospital de San Vicente, último año de tus estudios, tratabas de salvar una pobre mujer mal preñada, un herido de puñal o de vida, un desamparado merecedor de que los días lo quisieran, o por lo menos de que no lo ignoraran tan cruelmente. Te recuerdo cuando ibas en tus campañas a vacunar y proteger indios Guaíbos, katíos, huitotos y sibundoyes, y estabas contento por haber salvado unas vidas de esos nuestros hermanos del llano y de la selva. Te recuerdo en tu cátedra de medicina preventiva, en tus charlas sobre la dignidad del hombre y sus derechos. Te recuerdo cuando algunas noches hablábamos del amor y la piedad y la ternura y el olvido, frescos los corazones al viento de la patria. Te recuerdo con Cecilia en los momentos iniciales del amor y en el trajín de la vida, siempre a tu lado en la buena y en la mala; te recuerdo cuando hablabas de los hijos con  orgullo pausado, y cuando tus rodillas parecían conservar el peso suave de tus nietos.

Pero en este momento es verdad una verdad absurda: saber que Héctor Abad Gómez ha muerto, y que con él mueren algunos de nuestros propios años ¿ quién hablará como él de la paz y la concordia, quién dirá nuestros deterioros? Era una conciencia moral en este país cruel y desgarrado. Tal vez decir muerte equivalga a decir resurrección, y nuestra pequeña bondad creería inocentemente  en la bondad del mundo, como otro de los buenos engaños a que siempre nos han sometido. Tal vez tendríamos los brazos abiertos contra los fusiles, contra las bombas, contra el duro ejercicio del poder.  Tal vez.

Pero la tristeza - una palabra desacreditada- no podría decir ni la sombra de tu fuga, así estén húmedos los ojos y apretado el corazón. El llanto ya no lava nuestras culpas, ni el remordimiento ajeno devolverá los años del júbilo, cuando hablábamos de la esperanza y de los buenos días para el amor que irremediablemente debería llegar.

De pronto te convirtieron en una ficha más para esta lista negra de los bárbaros y los sombríos y los depravados, lista donde iban esos nombres  -Pedro Nel Valencia, Leonardo Betancur, Felipe Vélez Herrera- gente absolutamente irreemplazable y cuyo pecado único era creer en los seres humanos y tratar de buscarles un camino de libertad y serena confianza en la vida y en las cosas.

Ahora empezarás a poblar el recuerdo de quienes te tratamos y conocimos, ahora estás en el territorio oscuro de la muerte, a donde nuestro reclamo llegará, como otro olvido. Porque yo sé, Héctor hermano, que dentro de poco borrarán tus hermosos afanes: vivimos en un país que olvida sus mejores rostros, sus mejores impulsos, sus mejores guías, y la vida seguirá en su monotonía irremediable, de espaldas a los que nos dan razón de ser y de seguir viviendo. Yo sé que lamentarán la ausencia tuya, y un llanto de verdad humedecerá los ojos que te vieron y te conocieron. Después llegará ese tremendo borrón, porque somos tierra fácil para el olvido de lo que más queremos.

Te has ido definitivamente en un largo paseo al territorio de los sueños perdidos, donde ya ni las sombras tendrán su baja estatura. Te nos has ido sin aviso previo, no te lo perdonamos, no sé hasta qué medida debemos perdonar a los que te asesinaron. Únicamente estoy convencido de que en mi caserón de Ziruma habrá una flor permanente que recordará tu voz y tus canciones.

Ahora vendrán esas siempre vanas promesas de investigación exhaustivas; esas constancias de dolor colectivo que dejarán nuestras instituciones; esos lamentos más o menos protocolarios, como quien desganadamente se despide, y las placas conmemorativas, y los dolores sinceros ¿Dónde el ánimo de protesta verdadera y recuperación? ¿Dónde el doble de campanas que doblen por nosotros mismos? ¿Dónde los que permanecerán firmes como él? Porque siempre estuvo de frente y de pie, activo y vigilante, creedor de nuestro pueblo, sencillo y amoroso, altivo y humilde, dolor él mismo ante el dolor ajeno, luchador y esperanzado.

Yo sé, es cierto, que lamentarán tu ausencia, que dirán de tu presencia y tus bondades, que rezarán por tu descanso, que rescatarán tu nombre y pronunciarán discursos bien intencionados, pero nadie te resucitará, es un hecho atrozmente irrevocable. Yo sólo sé que ahora estoy llorando por tu ausencia injusta, Héctor Abad Gómez, por tu fuga irremediable, por lo que representabas en un mapa indiferente ante su propia sangre. Porque tu sangre ha manchado la reciente historia de un país que sigue siendo el nuestro y al que nadie podrá perdonar, así lo llevemos tan cerca del corazón Cómo nos duele Colombia, vulnerada y entrañable en esta hora de su via-crucis, que no pasa de ser una herida inmensa.

Hoy tengo temblor de rabia y angustia, cercano del arma que podría invitar a otra venganza porque estamos saturados, porque a la vida están convirtiéndola en el peor espanto. Pero sé, Héctor hermano, que también ese olvido llegará y será como un monstruo que todo lo arrasa y tampoco de tu nombre tendrán memoria. Yo sé que tu muerte será ligeramente inútil, y que tu heroísmo se agregará a todas las ausencias. Sé que los niños seguirán yendo a sus escuelas precarias, y los padres vigilarán los días del duro pan; sé que los ancianos seguirán añorando una tierra que debió haber sido la mejor, y sé que los himnos se repetirán en los labios insomnes. Sé que estamos escribiendo tu nombre en el viento.

Y seguiremos preguntándonos, como acaba de preguntar Adelaida, mi hija de cinco años: ”¿Por qué mataron al amigo de mi papá?”. Y la respuesta imposible: -”Hemos tocado fondo, niña pequeña”. Porque te has ido, amigo noble, y sin tu presencia serán oscuras las aulas y grises las calles y desamparado el paisaje que tanto querías. Porque a los campos de paz los han convertido en verdaderos campos de guerra.

Sin embargo sé también que a pesar de todo algún día la vida ganará y entonces recordaremos -recordarán los sobrevivientes- que eras un hombre de estatura excepcional, y alguien cantará una canción, o dirá un silencio en tu homenaje. Tal vez aún esté muy lejos el día de las semillas y las siembras, y más lejos todavía el buen tiempo  de cosechar.

Hoy, simplemente, los que te quisimos y admiramos venimos a despedirte
con pañuelos en las manos y en los ojos.

jueves, mayo 29, 2014

Milito al lado de mi país… Manuel Mejía Vallejo

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Orden del Congreso de la República de Colombia a Manuel Mejía Vallejo
MILITO AL LADO DE MI PAÍS
El Colombiano
Martes 11 de noviembre, 1997
Cultural 5C

En los momentos más lúcidos, como en las horas más difíciles, el escritor antioqueño siempre está con Colombia. Lo dijo al recibir el viernes la Orden del Congreso. Sus palabras fueron leídas por Jaime Jaramillo Panesso. He aquí el texto, con entretítulos nuestros.

Recibo con profundo agradecimiento esta condecoración, en momentos que exigen una seria reflexión entre los colombianos, y en particular entre los intelectuales y hombres de letras que a veces parecen perdidos o distantes, salvo excepciones, de los grandes problemas de la nación.
Una condecoración, que invoca para su imposición la democracia participativa y la construcción de la ley, debe, en primer lugar, dirigirse a ella. Nuestra democracia es una construcción particular, como lo ha sido en otros países del mundo que escogieron, desde hace muchos años, este camino. Para que una democracia funcione se requiere, ante todo, de ciudadanos convencidos de su papel dentro del Estado. Colombia tiene muchos habitantes, treinta y siete millones, pero pocos ciudadanos y ciudadanas. La ciudadanía no nace a los diez y ocho años en cada colombiano, sino que se forma desde la crisálida de la niñez, hasta el ejercicio participación total, con responsabilidad, en la adultez. Es un asunto de educación, y es un asunto de satisfacción con la forma y nivel de la vida de la nación. Contra el ejercicio ciudadano conspiran, no sólo las tentaciones resentidas de la izquierda totalitaria, sino el ejercicio autoritario de quienes ejercen el poder. La Constitución de 1991 abrió importantes puertas a una mayor democracia y a la reconstrucción de un Estado más fraternal y amable. Pero necesitamos incluir a los disidentes que recurren al fuego de las armas, y requerimos una sociedad con mayor equidad, la cual no se logra sin una profunda reforma de la propiedad agraria y sin una aplicación equilibrada de los presupuestos de Estado. Para ambos casos necesitamos la paz.

RECONCILIACIÓN
No está lejos el momento para iniciar este proceso de reconciliación en el cual los intelectuales y los hombres y mujeres de la cultura no pueden estar a la expectativa, sino producir hechos, y compromisos para que la democracia se consolide. Yo sé que existen proclividades sentimentales y miedos. Pero el momento no admite una espera contemporizadora.
De otro lado, las fuerzas políticas que agrupan con distintas opiniones, a la gran mayoría del pueblo, tienen que reflexionar y corregir rumbos internos. Para que la paz sea producto del más amplio consenso, los partidos, fracciones y sus movimientos deben tener un entendimiento mínimo nacional sobre una plataforma que nos permita sobrevivir como nación. De lo contrario las fuerzas disolventes de todo tipo de delincuencia, las presiones extranjeras de orden político y económico, presiones que van desde los vecinos fronterizos  hasta las potencias y las organizaciones internacionales, nos pueden llevar al colapso y al fraccionamiento.
Invoco como escritor el poder traumatúrgico de la palabra para que sirva no sólo al diálogo, a la tolerancia y la paz, sino como instrumento de la nación para dar el salto que supere nuestras divisiones internas y el apocamiento de la academia, las artes y las ciencias, en este obligatorio renacimiento del alma y la inteligencia de la patria.
Como bien lo saben ustedes los aquí presentes, tengo especial predilección por Antioquia, esa que discurre en mis obras y en mis sueños. La palpo con la yema de mis pensamientos y pasiones, y la encuentro vigorosa. Pero Antioquia necesita cohesionar sus gentes para un proyecto de desarrollo sostenible y descentralizado que incorpore a sus más lejanos municipios para que el Valle del Aburrá, y su capital departamental, no se conviertan en un monstruo macrocefálico que agote a la provincia, exprima a los habitantes más lejanos y marchite la vida económica de la comarca.

A MIS AMIGOS
Antioquia nunca ha dejado su liderazgo en muchos aspectos de la vida nacional. Pero si no reconstruimos un equipo dirigente integrado, en donde empresarios, líderes comunitarios y sociales, académicos, intelectuales, políticos y periodistas señalen de manera mancomunada, los planes y los objetivos de una sociedad moderna y revisada, Antioquia llorará sobre su pobre negación y estancamiento. Entonces el ron de mis amores dejará de ser el símbolo, y el bambuco rodará sobre las piedras sin que arriero alguno recoja sus sentidas melodías, ni habrá mula de cuatro patas que lo acompañe en las lomas de la historia.
Guardo las fundadas esperanzas de que la democracia colombiana sea mucho más que una condecoración. Que, además, sea defendida por la gran mayoría de nuestros ciudadanos, porque hace parte de la cotidianidad y de la convivencia. Llamo a mis amigos de la cultura y de las letras para que, sin abandonar su independencia de criterios, se expresen colectivamente frente a las circunstancias asumiendo el reto de ayudarle al porvenir de la nación de manera propositiva, rescatando para todos los colombianos el sentido de lo político, valga decir, de lo público, como objeto de la ciudadanía toda, sin distingos de ninguna clase, para que cierre el foso de los que presuntamente piensan y de los que presuntamente administran en nombre de todos.
Recibo la Orden del Congreso de Colombia como un reconocimiento al ciudadano y como un estímulo al escritor. Tengan la seguridad, Señores Congresistas y oferentes, que milito al lado de mi país en sus momentos más lúcidos y en las horas más difíciles. Gracias por inscribir mi nombre al lado del Estado de Derecho.

Manuel Mejía Vallejo
Noviembre de 1997

jueves, abril 12, 2012

Las visitas a Manuel Mejía Vallejo


"Una vez vinieron un par de cuervos, vestidos de negro, todos pálidos… parecían vegetarianos en vigilia y yo les dije que no. Habían averiguado que yo bebía, que yo amanecía con músicos con cantantes, y que mi casa prácticamente estaban encendidas las luces de día y de noche y querían salvar mi alma y me traían revistas, me traían biblias comentadas por ellos, y unas revistas, el resplandor, no me acuerdo cómo se llaman, la luz que ilumina y cosas así, y yo me puse a verlos una mañana, estaba enguayabado y amanecido yo, y les dije "señores, sálvense ustedes si pueden, yo no creo, pero si ustedes me muestran a mí como ejemplo su propia presencia… ¡qué desengaaaño! yo no quiero llegar a ser lo que son ustedes."

– Manuel Mejía Vallejo
Transcripción mía de una entrevista de Eda Pilar Duque en Contra Planos, TeleAntioquia.

martes, octubre 18, 2011

Canción de la vida profunda


El hombre es cosa vana, variable, ondeante.
Montaigne.


Hay días en que somos tan móviles, tan móviles,
como las briznas al viento y al azar…
Tal vez bajo otro cielo la Gloria nos sonría…
La vida es clara, undívaga y abierta como un mar…

Y hay días en que somos tan fértiles, tan fértiles,
como en abril el campo, que tiembla de pasión:
bajo el influjo próvido de espirituales lluvias,
el alma está brotando florestas de ilusión.

Y hay días en que somos tan sórdidos, tan sórdidos,
como la entraña obscura de obscuro pedernal:
la noche nos sorprende, con sus profusas lámparas,
en rútilas monedas tasando el Bien y el Mal.

Y hay días en que somos tan plácidos, tan plácidos…
–¡niñez en el crepúsculo! ¡lagunas de zafir!–
que un verso, un trino, un monte, un pájaro que cruza,
¡y hasta las propias penas! nos hacen sonreír…

Y hay días en que somos tan lúbricos, tan lúbricos,
que nos depara en vano su carne la mujer:
tras de ceñir un talle y acariciar un seno,
la redondez de un fruto nos vuelve a estremecer.

Y hay días en que somos tan lúgubres, tan lúgubres,
como en las noches lúgubres el llanto del pinar:
el alma gime entonces bajo el dolor del mundo.
y acaso ni Dios nos pueda consolar.

Más hay también ¡oh Tierra! un día… un día… un día
en que levamos anclas para jamás volver:
un día en que discurren vientos ineluctables…
¡un día en que ya nadie nos puede retener!

Porfirio Barba Jacob
La Habana, 1915

Para oírlo: http://srosadeosos.blogspot.com/2010/07/tono-osorio-fraternalmente.html?showComment=1318942762589#c7064696324633779799


SOBERBIA

Le pedí un sublime canto que endulzara
mi rudo, monótono y áspero vivir.
El me dio una alondra de rima encantada...
¡Yo quería mil!

Le pedí un ejemplo del ritmo seguro
con que yo pudiera gobernar mi afán.
Me dio un arroyuelo, murmurio nocturno...
¡Yo quería un mar!

Le pedí una hoguera de ardor nunca extinto,
para que a mis sueños prestase calor.
Me dio una luciérnaga de menguado brillo...
¡Yo quería un sol!

Qué vana es la vida, qué inútil mi impulso,
y el verdor edénico, y el azul Abril...
¡Oh sórdido guía del viaje nocturno:
Yo quiero morir!

Porfirio Barba Jacob

domingo, diciembre 05, 2010

Conceden a Colombia diez años de prórroga para acabar con las minas

Los Estados Parte de la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal otorgaron a Colombia una extensión de diez años para completar la identificación y limpieza de todas las áreas minadas en el territorio nacional
El plazo establecido inicialmente en el artículo 5 de la Convención sobre la Prohibición de Minas Antipersonal vencía en marzo del 2011.
Colombia había presentado la solicitud de la prórroga el pasado 31 de marzo, bajo el argumento de que el uso continuo de estas armas por parte de los grupos armados ilegales dificulta notablemente las labores del Estado colombiano para completar sus obligaciones.
En 2010, Colombia finalizó las labores de limpieza de minas en las 35 bases militares que fueron protegidas con dichos artefactos, antes de la suscripción de la Convención, lo cual constituye un avance destacado en el cumplimiento de las obligaciones previstas en ese instrumento internacional.
Sin embargo, el hecho de que los grupos armados ilegales continúen recurriendo al uso de estos artefactos, sin ningún tipo de patrón o doctrina militar, dificulta la identificación de las zonas sospechosas y la destrucción de las minas sembradas.
La Embajadora de Colombia ante las Naciones Unidas en Ginebra (Suiza), Alicia Arango Olmos, Jefe de la Delegación nacional en la Décima Reunión de Estados Parte, manifestó su satisfacción por esta respuesta positiva.
“Colombia ha dado muestras de un compromiso permanente con el cumplimiento de la Convención, el cual se ha materializado en la destinación de importantes recursos financieros, técnicos y humanos para atender una problemática compleja y creciente”, señaló la alta funcionaria.
Agregó que en el periodo de vigencia de la extensión, Colombia continuará avanzando “en todas las acciones a su alcance para garantizar un territorio libre de minas antipersonal, que es el compromiso que adquirimos con el pueblo colombiano y con la comunidad internacional”.
Colombia deberá presentar una actualización de la implementación de acciones para atender los compromisos de la solicitud una vez al año, y una actualización del plan de acción previsto en el año 2013.

Nota de Luis Fernando Estrada Sanín

miércoles, junio 24, 2009

Despidiendo a Doña Marta

El otro, el otro, le dice Teresita Gómez a Consuelo Mejía para que toque otra pieza para doña Marta.

Teresita está triste, así como está todo el mundo en el colegio de música, en la celebración de la muerte de Marta. No es un error escribir celebración, pues eso, precisamente, es lo que parece y es como se debe acabar la vida de una persona que vivió la vida como ella.

No es mucho lo que yo puedo decir de Marta Agudelo, Doña Marta, pues en realidad no creo haber hablado mucho directamente con ella, pero mientras fui al colegio de música, la veía a ella, siempre mirando las situaciones, silenciando a la gente que no estaba en clases, y siempre mirando el mundo con una fuerza interna impresionante.

La muerte… la muerte… la muerte. Hoy la muerte ha hablado contundentemente. Primero, mi mamá amanece leyendo una email de mi hermano en el que habla de la hipotética muerte de mi mamá y luego leo que se murió Marta Agudelo en un correo que Tita envió por facebook.

La vida la despide entre lo que tuvo siempre: música, familia y amigos.

– Dani, Dani, Dani…– y Daniel Escobar se sienta en el piano y toca una canción de ella. Todo el mundo la canta. Después de tres canciones. Martica Maya le pone a Daniel en el piano todos los libros de la mamá y, en el salón en el que ha enseñado desde que Jose Fernando Ángel (quien se sienta a mi lado) construyó en 1979 y donde se encuentra el ataúd a la derecha con fotos, flores y cosas cotidianas de ella en el Colegio; al lado izquierdo el piano.

Veo a Milena correr a la casa y salir con un par de pastelitos que les entrega a los señores de la Funeraria Medellín que han esperado bastante en esta atípica velación que se está demorando muchísimo más de lo normal pues entre música vivió y entre música se va y muchos músicos han pasado por las manos de ella o de su extensión: el Colegio de Música de Medellín.

Mi mamá y Vale se tienen que ir y yo me quedo con Milena, pues quise mucho a Doña Marta y quiero mucho a los hijos. Me siento al lado de Raúl que me dice que qué bueno que me quedé.

– Hace un segundo le dice Álvaro a Mile: "oíste, Mile, ¿por qué no llamás a los de la funeraria pa' que nos alquilen una hora más de ataúd?– añade muerto de la risa.

Por allá Daniel grita:
– Rauuuuuúl– y él, al lado, responde pasito:
- No, a mí que no me vayan a llamar…

Raúl empieza a contar cosas de la mamá pero en ese momento empieza a sonar Luis A. Calvo tocado por Teresita Gómez.
– ah, el Intermezzo de Calvo– dice Raúl. Yo, con un poquito de pena, me levanto en silencio y me acerco para mirarla a través del vidrio del patiecito de atrás del salón.

Es estremecedor oír a Teresita tocar en ese momento, con el dolor de despedir a Marta, que fue la que le enseñó piano y la vida al principio.

Termina de tocar, triste y se levanta.

Sigue el silencio de la última despedida y también yo me acerco, prudente, al ataúd, para la verificación de la muerte (siempre lo hago para que mi cuerpo también se despida de los muertos).

Después subimos a la casa. Allá está la familia y los amigos más cercanos (entre los cuales no creo estar incluida, pero sí crecí entre ellos y me siento bienvenida). Teresita está sentada en una silla del comedor tomándose lentamente un aguardiente. Es, tal vez, la más triste, pues no pudo despedirse de ella y la historia es muy compleja. Los hijos sabían que se tenía que ir.

Tita dijo: "vivió como me dio la gana y se murió cuando le dio la gana"

Feliz camino, Doña Marta.

viernes, septiembre 26, 2008

"A uno lo deben secuestrar cada 5 años"

En la casa de Villa Grande con Guillermo, Alessandro y Paolo Angulo, Tite, mi mamá, Ade, Vale, Juan Gui y yo.

¿Por qué mató Cain a Abel? Vanna, la esposa de Guillermo y madre de Paolo y Alessandro, lo asegura, pues dice "con quién se iban a acostar, pues con la mamá" y ahí ya todo está explicado.

Lo que se comieron Adán y Eva fue un banano y no una manzana. El nombre científico es Musa Paradisiaca.

El ALZHEIMER se llama así por ALOIS ALZHEIMER.


"La envidia morbosa de las clases desposeídas" –Lo oyó Angulo en una telenovela.


–Vale y tu celu tampoco también?– pregunta Alessandro, pues acababa de contarles que mi celu está cortado por falta de pago, lo que incluye, además, los otros dos de la fundación, que no puedo cancelar hasta que se termine el contrato.


A Ade le entra una llamada de Tite a las 3:00 a.m.; se oían teclas y teclas. Y Ade, toda preocupada, de devuelve la llamada y Tite, también asustada por la hora de la llamada, le contesta. Cuando tranquilizan los nervios:
–Ah, no, mija– le dice Tite a Ade–, es que estaba aprendiendo a manejar el celular– que evidentemente no maneja.


"Hubo entusiasmo pero no indescriptible"
-Hernando Valencia

"Contra lujuria: Tunja
Contra soberbia: bus"
-Hernando Valencia
El contra soberbia, bus, lo usaba mucho Manuel, dicen mi mamá y Tite.

"A uno lo deben secuestrar cada 5 años".
Cuando Guillermo estuvo secuestrado
Vanna se fue hasta el Caguán , porque los hijos no podían ir. La iban a mandar con Morelia, pero no sé quién dijo:
– No, pero no podemos hacerle eso a las Farc
Llorángela la acompañó.

–Allá cogió el taxi más caro del mundo. Como trescientos mil pesos por un recorrido corto– dice Guillermo, y en el camino había un señor extranjero que hizo señas para que pararan el taxi. Vanna preguntó que quién era
–Ah, un Alemán– respondió el taxista
–Y lo recogemos?
– ah, si quiere…– Así que lo recogieron. Vanna le preguntó que de dónde era y él le dijo que italiano.
– ________– que quiere decir "yo también" (Angulos cómo se dice?) y de ahí, se pusieron a conversar en italiano. Él era Enzo Baldoni
. Lo mataron después en Irak porque al gobierno italiano no le interesó porque nadie pagaba por él… además era de izquierda… Periodista y cuenta el encuentro con Vanna en un libro. Es distinta a esta versión contada acá, que conste.

Los hijos le consiguieron un hotel donde se quedó el primer y el último día. Se quedó en un caserío en La Ye. Estaba separada de donde mataban las vacas por una pared de madera a través de la que no sólo se oía sino que se podía ver las ejecuciones vacunas.

"Desde la guerra no había pasado tantas privaciones" le decía Vanna a Manuel de Ziruma. "Usted no vive, usted acampa". Y en ese momento Vanna en El Caguán…

Cuando les pidieron por Angulo les pidieron dos mil millones de pesos. Paolo les ofreció setecientos mil.

Ella conoció a Raúl Reyes, al negro Acasio, "besé a un negro, ¿sabe?" le dijo a Guillermo.

–Acá hay un programa para secuestrados. Eso sólo pasa en Colombia. Es malísimo… como uno no puede opinar, qué va a decir, como uno está ahí preso
–Ése sí es un público cautivo– dice Alessandro. El programa es de Caracol.
–Los únicos mensajes buenos eran los paisas: "Ve, tenés que venir porque te tengo unas muchachas más buenas", "vé, aquélla preguntó con vos". Porque los otros sí son aburridores: fuerza, valor, fortaleza…

Vanna le escribió una cosa súper deprimente y Alessandro de dice: "oiga, ¿usté quiere que vuelva? No le mande esto"

–A uno lo deben secuestrar cada 5 años".
–Ahorita en 2 años va a volver a tener la oportunidad–, dice uno Paolo.

–Creés que los que están por allá los devuelven?– le pregunta mi abuelita a Guillermo.
Él le esponde con una respuesta de ésas que se dan con la voz seca, sin esperanza, contundente; la voz de quien ya ha pensado el asunto:
–No.
–Pobre gente– dice Tite acompañada de un silencio generalizado e incómodo por la cruda realidad y no se habló más. Esta frase fue la que cerró definitivamente la conversación e hizo que se fueran los viajantes para Ziruma. No sé si hubiera sido de otra forma si habrían salido tan fácil. De acá no es fácil salir, a pesar de lo abstemias que son las reuniones en mi casa cuando la anfitriona es mi madre.

Nos despedimos abrazándonos. Mañana nos vamos a ver. ¡Qué delicia! Los Angulo, mi mamá y Vale se fueron para la finca. Aquí nos quedamos Ade, Juan Gui, Matías y yo que termino de escribir esto pa dormirme ya.

martes, septiembre 23, 2008

Garrulería

Habla y habla de la muerte

Tiene en su escritorio
como pisapapeles
una calavera

Y ni siquiera sabe qué gesto
qué mueca
tendrá ante la muerte

José Manuel Arango
La Tierra de nadie del sueño
Poemas Póstumos

miércoles, mayo 28, 2008

Papá Carraquí



Carlos, mi tío, alimentando a un carraquí en la casa de él.
Lo más hermoso del mundo.
Acá estoy con Mosco y, antes de ver el video estaba diciendo que son muy ariscos (pero
ésa no era la palabra)

Ahí les queda, disfrútenlo!

sábado, abril 12, 2008

Banquete Literario - Hotel El Tesoro (San Jerónimo)

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Banquete Literario "Homenaje a Manuel Mejia Vallejo"

Nunca me digan qué hacer
cuando llegue un amor nuevo;
en amor por los que llevo,
lo importante es no saber

Manuel Mejía Vallejo

Abril 19 de 2008
Hora 8 pm
Lugar EL TESORO HOTEL Y CENTRO DE CONVENCIONES
(San Jeronimo -Antioquia)
Actividad Literaria, Show Musical inspirado en la novela "Aire de Tango" de Manuel Mejia Vallejo,Piba de Vino.

Costo $60.000 (Solo el Evento, incluida la cena)
$150.000 (Evento ,Incluido alojamiento y alimentacion Completa cena,desayuno y almuerzo)

Informes y Reservas 3118844

Cordialmente,




Alexandra Valencia
Asistente de Mercadeo y Ventas
El Tesoro Hotel y Centro de Convenciones
448 80 48
www.hoteleltesoro.com.co

Géneros musicales de las mamás de Colombia

Música Americana
Música Romántica
Música Metálica
Música Tropical
Las Baladas
Música Suave
Música Vieja

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el cidí

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