Boba, hombre. Claro que me fijo si me leen. Si no ¿para qué esto?
Creo que es un grito.
Un grito desesperado como los que no sé dar o doy ridículamente.
Vivo furiosa con la vida. Vivo furiosa de sentirme incapaz de ser feliz. Vivo furiosa conmigo misma y culpo a la vida de lo que me pasa y no me doy cuenta de que la vida es mía, de que esa vida a la que culpo me pertenece y la defino yo misma, que yo defino y decido esta infelicidad que no controlo.
¡Contradictoria! siempre contradictoria.
Entretenida, risueña, fácil, deliciosa, la risa se me hace tan fácil, que evidencia el desespero de estar viva y mi desprecio por los estándares sociales que me califican como "loca" o como "perra" o como otras cosas, simplemente porque me gusta reírme y reírme de la vida sin importarme lo que se pueda pensar o decir de mí.
Es un precio alto el que se paga por esto. Es un precio demasiado alto el que se paga y yo ni siquiera sé si vale la pena; pero mi problema es más de fondo: no sé ser otra más que yo misma…
Densa, densa, densa; densa soy también. Insoportablemente densa, insondable, lejana, dolorosamente ausente. Me meto en mí, en esta tristeza que me envuelve y me pierdo en ella. Salgo sólo para reírme de ella, para reírme de mí y de esa tragedia inevitable de mi tristeza, del dolor que me duele como físico. Ese dolor que me hace doler el corazón como una herida infectada y purulenta sobre el que ninguna anestesia actúa a excepción de la risa, de la inútil risa que me salva del denso deseo de la muerte que me come tantos segundos de la vida.
…y ya que me fui para otro lado: sí, sí me importa que me lean o no. Aunque me lean o no voy a seguir escribiendo.
Escribiré siempre. Una tragedia, solamente eso, podría hacer que yo parara de escribir.
–¡ay, niiiña!, como me dice Fredy Álvarez, ¡ay, niiiña!
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3 comentarios:
Uno comienza esto así, por necesidad, pensando qué mierda, si no lo leen no importa. Pero, ay, es tan rico encontrar de cuando en vez un avisito en el gmail diciendo que alguien escribió. Al fin y al cabo es una manera de hacerse uno una figura pública, ¿no? A veces me provocaría también gritar: "Ey, lean, pero sobre todo, comenten, vergajos". En fin, uno sigue gritando... y que responda al menos el eco.
ay, pero si sos divino!
nos tenemos que conocer cuando vuelva de la Argentina.
Pero claro, ¡qué envidia de la mala! Mentiras, buen viaje, escríbeme cuando vuelvas. ¿Qué vas a hacer allá? camilojimeneze@gmail.com
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