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lunes, junio 04, 2012

Entre tantos papeles, libros y bolsitas…

A los setecientos ochenta y nueve mil papeles y bolsitas que normalmente me acompañan se les suma ahora otros miles de mi papá y no sé si ya me pierdo entre tanto papel y tanto libro y tanta libreta que lleno.

Ayer cuando llegamos a la finca y me bajé del carro, estoy segura de que mi mamá me recordó llevando miles de cositas a la manga porque iba a decirme algo y calló –como lo hace cuando nos mira y nos ve como cuando estábamos chiquitos y sé que se acuerda de esa película en la que actúa Marcelo Mastroniani (el remake gringo es con Robert De Niro) en la que las imágenes de los hijos grandes vuelven a él como cuando estaban chiquitos–… entre otros juegos, armaba tiendas y la parte que me gustaba era la armada… ya cuando iba a vender, me parecía aburridora y monótona la cosa y ya quería jugar a otra cosa.

Ahora armo tiendas de otra manera y también pierdo un poco el interés que da la cosa segura, la rutina, tan necesaria y a la que le huyo tanto sin querer queriendo y sigo cargando bolsitas llenas de papeles llenos de ideas y posibilidades, me armo cinco mundos al día… creo que mi mamá tiene razón en verme todavía como una niña chiquita; nunca he dejado de serlo y el mundo reclama una adulta que me niego a ser, porque me entristece, como me entristecen la mayoría de los adultos.

Tal vez voy a seguir siendo siempre esa niña y voy a seguir cargando todas esas bolsitas que llevan los mundos que me invento siempre… tal vez mi mamá tenga qué ver con esas bolsitas, cuando me dijo una vez que íbamos para algún lugar de adultos sin niños (sinónimo de aburrido para cualquier niño): lleve siempre cositas para que no se aburra… desde entonces, entiendo que el mundo de casi todos los mundos adultos son aburridos y yo sigo cargando mis mundos en esas bolsitas, carteras, libros, libretas, papeles y cuanto juguete represente una realidad más hermosa que ésas que me dan sueño al hablar con la mayoría de adultos.

Entre tantos papeles, libros y bolsitas estoy yo, aunque esté perdida.

lunes, marzo 26, 2012

Ya no me apego más a lo que una vez me hizo feliz

Ya no me apego más a lo que una vez me hizo feliz, pues ya no hay una escena que soporte esa felicidad: ya la realidad ha cambiado y seguir apegándome  a ella, peliando por esa realidad feliz del pasado sólo puede traerme infelicidad.
Ahora, cada vez me desapego más a cosas y valoro lo que realmente tengo.
Encuentro la felicidad en espacios que me había negado por apego a un pasado que ya no existe y que quería recuperar o abrirle espacio a toda costa, contra viento y marea.
Ahora cada vez me importan menos las cosas sin importancia, o sobre las que no tengo control, ahora, cada vez, cargo menos y me mantengo más cargada.
Ahora, cada vez, me mantengo más vacía, como el totumo de Fernando González que le recomendara a mi mamá cuando estaba chiquita mantenerse vacía "así, como este totumo".
Ahora, cada vez vivo más mi presente y entiendo más el pasado y el futuro.
Como me dijo Jorge Zuluaga sin sorpresa el día de la exposición de los Mayas en el Parque Explora: "te iluminaste, escribí un artículo."

Nota: fue escrito hoy 26 de marzo de 2012.
… jajjaja… y estoy tan en el presente que lo feché en 2007, en mi libreta 134…

jueves, febrero 10, 2011

con música aguda y sostenida

… paso fotos de una realidad no asistida y siento como todos aquellos que han pasado por mí hacen parte de mi pasado... después de este quiebre -sin ruptura- que vivo desde mis 33.
No siento dolor en ninguna; ni un chuzoncito.
Tal vez sí es verdad que ya pasó eso que llamo pasado.

lunes, marzo 01, 2010