Mostrando las entradas con la etiqueta Limpieza Mental. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Limpieza Mental. Mostrar todas las entradas

miércoles, junio 24, 2020

Alea iacta est

Hoy suelto todo.
Hoy suelto el pasado.
Hoy suelto los pensamientos sobre el futuro.
Hoy suelto la responsabilidad de salvar el planeta:
Yo no soy salvadora de nada: ni de mí misma.

Hoy suelto la tristeza que me da esta densa humanidad.
Hoy suelto los maltratos que me aporrearon:
hoy suelto la torpeza mía y de los otros.

Hoy suelto la trascendentalidad y me vuelvo pasajera de mi existencia.

Hoy suelto todo lo que me ata:
cada vez quiero más simpleza,
cada vez veo más vana esta realidad y sus superficiales exigencias.

Hoy me monto en mí y vuelo en mi presente con los seres que amo.

Alea iacta est.

martes, abril 21, 2015

Yo

¿Quién soy yo?
Quién soy ahora yo…
Eso ha cambiado bastante, aunque soy en esencia la misma.
Podría describirme haciendo una lista de las cosas que me pasan y me han pasado. Ahora hay mucha confusión, han pasado tantas cosas… Yo soy caos, orden excesivo, entropía absoluta; una obsesión por el tiempo, por organizar las cosas, por hacer el mundo mejor. Una sensibilidad extrema que hace que el mundo me duela, que me duela cada cosa que pasa, cada dolor ajeno… a tal punto, que ya no me importa. ¡Difícil definirme en este momento! Momento de cambios inmensos, de redirección de todo lo que hago.
Soy una bestia en calma. Eso lo entendí cuando estaba chiquita. Mi mamá me dijo un día que cuando tuviera miedo pensara en una imagen que me calmara y la imagen era la de un felino grande caminando entre el pasto crecido.
También soy esa bestia desesperada, intentando no herir a nadie en mis angustias; corriendo entre el pasto en todas las direcciones, saltando locamente, girando en el aire.
¿Quién soy yo? Una bestia enorme que pensó que podía cambiar el mundo y pensó en todo menos en el mundo y en la naturaleza humana. No conozco nada de la humanidad, pues aún tengo esperanza y tengo el alma limpia, a pesar de la historia; a pesar de mi historia.
¿Quién soy yo? ¡Pregunta difícil y brava ahora! Toda la vida me he preguntado eso: lo evidencian mis más de doscientas libretas… las primeras ciento cincuenta y pico numeraditas, en orden, etiquetadas y hermosas… después, el caos cuando empecé a perderlas. Ahora no me importa.
No sé quién soy ahora. No tengo la menor idea. Puedo hacer una enumeración: soy un hijo de 12 años llamado Matías, una Fundación, llamada Fundación Manuel Mejía Vallejo, que ha sido mi vida durante 12 años. ¡El mismo tiempo!… Tal vez quería cambiar el mundo para darle uno mejor que este caótico y triste que, como todos, nos toca entregarle a nuestros hijos.
También mi papá tuvo ese dolor: el de dejarnos viviendo en un mundo al que le falta tanto para estar bien, si es que algún día nos toca.
¡Gran tristeza en esta injusticia extrema y absurda! ¡Cada vez  más difícil conservar la armonía!
La realidad me ha mostrado que todo es más difícil de lo que pensaba y que lo único que queda es el arte. Ya hace tiempo lo había dicho: “lo único que va a importarme es la belleza”… sin embargo, me demoré muchos años para comenzar este camino que hoy empiezo: el arte.
El arte ¡al fin!… si la vida no me hubiera aporreado tan duro, no habría llegado a esta feliz decisión que tomó por mí el destino: estudiar artes plásticas.
Soy una bestia cabecidura e ingenua. Soy una tierna bestia con la fuerza para destruir lo que pase al frente, pero prefiere construir y organizar el caos: que mi presencia en este mundo no se note tanto…
Ella es todo armonía, dijo Fernando González hijo… Nano, como le decían los amigos. Que también antes había dicho: lástima que sólo vaya a ser una reinita de belleza, en una broma que me marcó por siempre restándole toda la importancia a la belleza que me iluminaba cuando era niña y que me marcó para toda la vida: sólo en un reinado del colegio fui una reinita de belleza y en cambio siempre he buscado qué ser, qué es lo que soy.
Soy cosas, soy tantas cosas… todas, por ahora, confusas. Soy una artista; eso dicen los amigos y mi abuelita. Soy una artista, aunque nunca me gustó pensarlo.

Medellín, abril de 2015

*Ensayo: "Quién soy yo" para Escultura I
Docente: Maria del Socorro Millán U.
Primer semestre de Artes Plásticas, Bellas Artes, Medellín

miércoles, julio 10, 2013

Yo oía una bulla…

Recuerdo que oía una bulla fuertísima dentro de mí. Yo sentía que venía de otra parte, no sé de dónde. La sentía adentro, pero no sentía que proviniera de mí; yo sólo la oía. Yo sabía que las otras personas no podían escucharla. El sonido era parecido a un gruñido lleno, bajo, fuerte, cortante, tal vez…
Duraba un rato y después se iba.
Este recuerdo lo tengo ligado a Andrea Wilches, una compañera del salón en el Triángulo, a quién una vez enlos columpios de madera, altos y pintados de rosado en los que una vez, algunos niños queriendo asustarla la impulsaron tanto que dio una vuelta de 360* (más, en realidad, pues la columpiada siguió), hasta que la pobre, se bajó más pálida de lo que era, asustada y llorando.
La última vez que oí esta bulla estaba en el Colegio El Triángulo, debía estar en tercero o cuarto de primaria o tal vez más pequeña. En ese columpio (o en la escalerita del salón de pintura y después laboratorio de química) lo escuché por última vez.
Empecé a sentirlo fuertísimo, fuertísimo, como siempre, que se apoderaba un rato de mí y le dije fuerte con el pensamiento: ¡NO MÁS!
Entonces, paró y nunca volví a sentirlo.

¿Qué sería?

Viernes 15 de julio de 2011
Ziruma, El Retiro
11:06 a.m.

lunes, junio 04, 2012

Entre tantos papeles, libros y bolsitas…

A los setecientos ochenta y nueve mil papeles y bolsitas que normalmente me acompañan se les suma ahora otros miles de mi papá y no sé si ya me pierdo entre tanto papel y tanto libro y tanta libreta que lleno.

Ayer cuando llegamos a la finca y me bajé del carro, estoy segura de que mi mamá me recordó llevando miles de cositas a la manga porque iba a decirme algo y calló –como lo hace cuando nos mira y nos ve como cuando estábamos chiquitos y sé que se acuerda de esa película en la que actúa Marcelo Mastroniani (el remake gringo es con Robert De Niro) en la que las imágenes de los hijos grandes vuelven a él como cuando estaban chiquitos–… entre otros juegos, armaba tiendas y la parte que me gustaba era la armada… ya cuando iba a vender, me parecía aburridora y monótona la cosa y ya quería jugar a otra cosa.

Ahora armo tiendas de otra manera y también pierdo un poco el interés que da la cosa segura, la rutina, tan necesaria y a la que le huyo tanto sin querer queriendo y sigo cargando bolsitas llenas de papeles llenos de ideas y posibilidades, me armo cinco mundos al día… creo que mi mamá tiene razón en verme todavía como una niña chiquita; nunca he dejado de serlo y el mundo reclama una adulta que me niego a ser, porque me entristece, como me entristecen la mayoría de los adultos.

Tal vez voy a seguir siendo siempre esa niña y voy a seguir cargando todas esas bolsitas que llevan los mundos que me invento siempre… tal vez mi mamá tenga qué ver con esas bolsitas, cuando me dijo una vez que íbamos para algún lugar de adultos sin niños (sinónimo de aburrido para cualquier niño): lleve siempre cositas para que no se aburra… desde entonces, entiendo que el mundo de casi todos los mundos adultos son aburridos y yo sigo cargando mis mundos en esas bolsitas, carteras, libros, libretas, papeles y cuanto juguete represente una realidad más hermosa que ésas que me dan sueño al hablar con la mayoría de adultos.

Entre tantos papeles, libros y bolsitas estoy yo, aunque esté perdida.

miércoles, junio 11, 2008

El mundo ya se va a acabar, ni modo

Ayer, por fin, ya sí, requeteconfirmé que este mundo se va a acabar.
Por favor, entiéndase el mundo diferente a La Tierra, este planetica que ha tenido que aguantarse este cancercito del ser humano, ¡pobre!

Ya se mamó de nosotros y está diciendo: ¡suficiente, suficiente!… estos se pasaron. Peor que los dinosaurios, que eran grandes, pero no tan agresivos. Estos sí me devoraron.

LAS CUCARACHAS, LOS COCODRILOS Y, lejos, EL HOMBRE

Así se debería llamar algo que escribiera, un articulito. Tal vez lo haga, seguramente no, como casi todo lo mío: proyectos hermosos imposibles de llevar a cabo (bueno, aunque ése sí sería posible).

Pero lejos por bruto. Que, además, cree que va a matar las cucarachas con baygón y otros y ellas que son las únicas que han pasado por todo, las únicas que resisten la radiación!!! el hombre es tan bruto que en vez de aprenderle a las cucarachas las quiere matar.

¡Qué se cree el ser humano! ¿qué nos creemos?

Una especie despreciable. Eso somos.

Una especie que tiene todo y destruye más.

No podíamos volar y se solucionó así como tantas cosas… pero no, "todo lo que crean lo usan para destruir", como decía esta peliroja Leeloo en en Quinto Elemento.

¡Qué ridiculez!

Sinceramente, nos merecemos morir.

Ahora, me voy a bañar y a prepararme para ver el final del mundo en vivo, sin necesidad de televisión, ni computadores, ni nada.

El mundo se acaba y nos va a tocar presenciarlo.

Ahora toca dejar la tragedia y la pendejada, querer bastante a Matías y disfrutar de esto el ratico que La Tierra todavía pueda dejarnos (qué pena con ella, por dios, habernos comportado así; es vergonzoso).

¡Me asombra la paciencia de La Tierra con el hombre.

miércoles, enero 23, 2008

A veces uno se confunde y la cabeza empieza cosas que nunca habían empezado y eso sí que lo enreda a uno en la vida

Me salva:
1. La siempre buscada claridad
2. El 23 y el papá
3. Que el día fue un éxito TOTAAAAAAAAAAAAAAAAAAL!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! y estoy feliz
4. Que volví por acá, a este blog
5. Que me desbloquié
6. Que se me ocurrieron unas ideas brillantes y que
7. Ahoritica me voy a ir para mi casa primero a ver a Matías y después me voy a ir a nadar donde Miguel Velásquez a conversar con él.

Además, Caro me acaba de decir que si era Miguel, Miguel Navas... qué risa... que dizque a momenticos...)

Chao que voy por Matías.