Mostrando las entradas con la etiqueta tristeza. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta tristeza. Mostrar todas las entradas

martes, abril 23, 2019

96 años cumpliría el padre hoy

Desde hace años un cumpleaños de mi padre no me daba duro.


*

Hoy empiezo el día con mi hermoso hijo y mi madre, desayunando y peinando a Lola.
Subo a mi cuarto, como de costumbre, pensando en hacerle una siestecita al desayuno, pues la salida de Matías es demasiado temprano.
No lo logro y, en cambio, empiezan estas lágrimas a salir con impulso y con la presión que siento cuando algo me colma el espíritu al nivel que ha llegado hoy la ausencia del padre.

Es tonto llorar cuando se supone que uno está acostumbrado a la ausencia.
Tal vez, nunca me he acostumbrado.

Salen a chorros estas lágrimas y sé que no voy a ahogarme, sólo debo dejarlas salir y ver cómo llenan mi cuarto con los ríos salados que salen de mí y veo cómo va subiendo el nivel que primero llena el piso, el guardaescobas, la cama, las sillas, las mesas, las ventanas…

Seguramente, lograré salir nadando de ésta como de otras tantas inundaciones.

¡Feliz cumpleaños, papá!

p.s. Las imágenes de los hermanos hoy en el chat de la familia:

*La de arriba:  de Vale... lo máximo: mi papá con sombrero de fiesta


de Mateo

 de Vale 

de Mateo






miércoles, febrero 25, 2015

Y, hablando de futuras partidas, Quique se fue…






Ay, no… ¿y ahora quién me va a hacer reír del mundo y que me importe menos?
Buen viaje, Quique
Se te disfrutó.
Quedé con ganas de más risas, como siempre.
Gracias por haber sido tan lindo.


martes, octubre 18, 2011

Lo que quedó de los dibujos de LabSurLab

Eran dos hermosas libretas llenas de retratos de los participantes.
Por confiados, o no pongamos mi responsabilidad en otros,
por confiada no les tomé fotos y esto fue lo único que quedó
porque se me perdió el morral, con todo, el último día.
¡Qué depresión!



jueves, noviembre 05, 2009

Ciruela pasa sin hidratación

En la soledad me pica su nombre
o me arde como polvo en el ojo
y me hace llorar
como si una tormenta de arena
hubiera estrellado mis ojos,
vidriosos y rojos ahora.

Tengo el corazón paso.
como una uva pasa,
o una ciruela pasa
(sin la hidratación que las hace provocativas,
a las ciruelas pasas).

Mi corazón no parece ser apetecido.
¿Será amargo?
¿Con qué miel arreglo mi corazón?
¿Con qué hierbas?
¿cómo lo hidrato?

¡Pobre corazón seco!
¡Pobres ojos secos y emparamados!
arden.

Arden, como le arde ésta que escribe
lo que ya tenía resuelto
y volvió a equivocarse
y volvió a esperar lo que no se espera
sino que se da.

La próxima vez…

La próxima vez
Vuelvo a hacer lo mismo
y después me estrello…

o tal vez la próxima salga volando por encima del muro que me ha detenido hasta ahora.

En la soledad me pica su nombre
o me arde como polvo en el ojo.