Recuerdo que oía una bulla fuertísima dentro de mí. Yo sentía que venía de otra parte, no sé de dónde. La sentía adentro, pero no sentía que proviniera de mí; yo sólo la oía. Yo sabía que las otras personas no podían escucharla. El sonido era parecido a un gruñido lleno, bajo, fuerte, cortante, tal vez…
Duraba un rato y después se iba.
Este recuerdo lo tengo ligado a Andrea Wilches, una compañera del salón en el Triángulo, a quién una vez enlos columpios de madera, altos y pintados de rosado en los que una vez, algunos niños queriendo asustarla la impulsaron tanto que dio una vuelta de 360* (más, en realidad, pues la columpiada siguió), hasta que la pobre, se bajó más pálida de lo que era, asustada y llorando.
La última vez que oí esta bulla estaba en el Colegio El Triángulo, debía estar en tercero o cuarto de primaria o tal vez más pequeña. En ese columpio (o en la escalerita del salón de pintura y después laboratorio de química) lo escuché por última vez.
Empecé a sentirlo fuertísimo, fuertísimo, como siempre, que se apoderaba un rato de mí y le dije fuerte con el pensamiento: ¡NO MÁS!
Entonces, paró y nunca volví a sentirlo.
¿Qué sería?
Viernes 15 de julio de 2011
Ziruma, El Retiro
11:06 a.m.
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miércoles, julio 10, 2013
lunes, junio 04, 2012
Entre tantos papeles, libros y bolsitas…
A los setecientos ochenta y nueve mil papeles y bolsitas que normalmente me acompañan se les suma ahora otros miles de mi papá y no sé si ya me pierdo entre tanto papel y tanto libro y tanta libreta que lleno.
Ayer cuando llegamos a la finca y me bajé del carro, estoy segura de que mi mamá me recordó llevando miles de cositas a la manga porque iba a decirme algo y calló –como lo hace cuando nos mira y nos ve como cuando estábamos chiquitos y sé que se acuerda de esa película en la que actúa Marcelo Mastroniani (el remake gringo es con Robert De Niro) en la que las imágenes de los hijos grandes vuelven a él como cuando estaban chiquitos–… entre otros juegos, armaba tiendas y la parte que me gustaba era la armada… ya cuando iba a vender, me parecía aburridora y monótona la cosa y ya quería jugar a otra cosa.
Ahora armo tiendas de otra manera y también pierdo un poco el interés que da la cosa segura, la rutina, tan necesaria y a la que le huyo tanto sin querer queriendo y sigo cargando bolsitas llenas de papeles llenos de ideas y posibilidades, me armo cinco mundos al día… creo que mi mamá tiene razón en verme todavía como una niña chiquita; nunca he dejado de serlo y el mundo reclama una adulta que me niego a ser, porque me entristece, como me entristecen la mayoría de los adultos.
Tal vez voy a seguir siendo siempre esa niña y voy a seguir cargando todas esas bolsitas que llevan los mundos que me invento siempre… tal vez mi mamá tenga qué ver con esas bolsitas, cuando me dijo una vez que íbamos para algún lugar de adultos sin niños (sinónimo de aburrido para cualquier niño): lleve siempre cositas para que no se aburra… desde entonces, entiendo que el mundo de casi todos los mundos adultos son aburridos y yo sigo cargando mis mundos en esas bolsitas, carteras, libros, libretas, papeles y cuanto juguete represente una realidad más hermosa que ésas que me dan sueño al hablar con la mayoría de adultos.
Entre tantos papeles, libros y bolsitas estoy yo, aunque esté perdida.
Ayer cuando llegamos a la finca y me bajé del carro, estoy segura de que mi mamá me recordó llevando miles de cositas a la manga porque iba a decirme algo y calló –como lo hace cuando nos mira y nos ve como cuando estábamos chiquitos y sé que se acuerda de esa película en la que actúa Marcelo Mastroniani (el remake gringo es con Robert De Niro) en la que las imágenes de los hijos grandes vuelven a él como cuando estaban chiquitos–… entre otros juegos, armaba tiendas y la parte que me gustaba era la armada… ya cuando iba a vender, me parecía aburridora y monótona la cosa y ya quería jugar a otra cosa.
Ahora armo tiendas de otra manera y también pierdo un poco el interés que da la cosa segura, la rutina, tan necesaria y a la que le huyo tanto sin querer queriendo y sigo cargando bolsitas llenas de papeles llenos de ideas y posibilidades, me armo cinco mundos al día… creo que mi mamá tiene razón en verme todavía como una niña chiquita; nunca he dejado de serlo y el mundo reclama una adulta que me niego a ser, porque me entristece, como me entristecen la mayoría de los adultos.
Tal vez voy a seguir siendo siempre esa niña y voy a seguir cargando todas esas bolsitas que llevan los mundos que me invento siempre… tal vez mi mamá tenga qué ver con esas bolsitas, cuando me dijo una vez que íbamos para algún lugar de adultos sin niños (sinónimo de aburrido para cualquier niño): lleve siempre cositas para que no se aburra… desde entonces, entiendo que el mundo de casi todos los mundos adultos son aburridos y yo sigo cargando mis mundos en esas bolsitas, carteras, libros, libretas, papeles y cuanto juguete represente una realidad más hermosa que ésas que me dan sueño al hablar con la mayoría de adultos.
Entre tantos papeles, libros y bolsitas estoy yo, aunque esté perdida.
martes, mayo 22, 2012
Muy...
Muy loca para encajar.
Muy cuerda para encajar.
A mí me tocaba crear otra estructura.
Mi mundo ha sido uno
Que no existe en otros mundos
Y mi realidad
La inventé con ese espejo.
Mayo 22, 2012
Libreta 137 B
5:05 p.m.
Apartamento de Alessandro
Torres del Parque Bogotá.
Muy cuerda para encajar.
A mí me tocaba crear otra estructura.
Mi mundo ha sido uno
Que no existe en otros mundos
Y mi realidad
La inventé con ese espejo.
Mayo 22, 2012
Libreta 137 B
5:05 p.m.
Apartamento de Alessandro
Torres del Parque Bogotá.
lunes, mayo 14, 2012
Estoy como nerviosita yo…
Estoy como nerviosita yo, como un poco perdida, con una sensación extraña en el alma, que no sé dónde irá a parar. Una incertidumbre que no sé si es real o si es sólo el resultado de mi bestia/ángel/demonio qu me guía, protege y condena.
¡Son demasiadas las tentaciones para mí!
Ahora me asusta un poco que también sea demasiado para otro.
Esta alma mía tan expandida… esta alma mía y este pánico que tengo con lo que tal vez sea una película…
Tal vez no…
Ay, esta alma mía,
esta bestia indomable,
indomada
Ay, Belladonna, Belladonna, Belladonna
Belladonna Wild…
¿qué vas a hacer contigo bestia y bella?
Salvaje que amo y detesto
Ángel y demonio
– Libreta 137
fragmento algo modificado
¡Son demasiadas las tentaciones para mí!
Ahora me asusta un poco que también sea demasiado para otro.
Esta alma mía tan expandida… esta alma mía y este pánico que tengo con lo que tal vez sea una película…
Tal vez no…
Ay, esta alma mía,
esta bestia indomable,
indomada
Ay, Belladonna, Belladonna, Belladonna
Belladonna Wild…
¿qué vas a hacer contigo bestia y bella?
Salvaje que amo y detesto
Ángel y demonio
– Libreta 137
fragmento algo modificado
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