En la soledad me pica su nombre
o me arde como polvo en el ojo
y me hace llorar
como si una tormenta de arena
hubiera estrellado mis ojos,
vidriosos y rojos ahora.
Tengo el corazón paso.
como una uva pasa,
o una ciruela pasa
(sin la hidratación que las hace provocativas,
a las ciruelas pasas).
Mi corazón no parece ser apetecido.
¿Será amargo?
¿Con qué miel arreglo mi corazón?
¿Con qué hierbas?
¿cómo lo hidrato?
¡Pobre corazón seco!
¡Pobres ojos secos y emparamados!
arden.
Arden, como le arde ésta que escribe
lo que ya tenía resuelto
y volvió a equivocarse
y volvió a esperar lo que no se espera
sino que se da.
La próxima vez…
La próxima vez
Vuelvo a hacer lo mismo
y después me estrello…
o tal vez la próxima salga volando por encima del muro que me ha detenido hasta ahora.
En la soledad me pica su nombre
o me arde como polvo en el ojo.
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