Eran dos hermosas libretas llenas de retratos de los participantes.
Por confiados, o no pongamos mi responsabilidad en otros,
por confiada no les tomé fotos y esto fue lo único que quedó
porque se me perdió el morral, con todo, el último día.
¡Qué depresión!
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
2 comentarios:
Ay, no, ¡qué tristeza! Tan bonitos... Ojalá quien se los encuentre los quiera y cuide tanto como quien los hizo... Y ¡que los devuelva, que los devuelvaaaa!
¡Mua!
… linda…
ojalá, pero no es que tenga muchas esperanzas.
Publicar un comentario