sábado, agosto 23, 2014

La otra mitad

Y partió la ciudad en dos,
como si pudiera dividirla
para evitar el reencuentro.

La otra ciudad,
la otra mitad,
murió en mí.

domingo, agosto 17, 2014

Con el cerebro revuelto por manos ajenas

a ella y a los otros que me licuaron la realidad

Con el cerebro revuelto por manos ajenas 
que por órdenes ajenas revolvieron mis cosas
mis caóticas cosas…
mi cerebro caótico…
mi ordenado cerebro cuando mis cosas son tan caóticas como yo las deje.

Llegaron manos ajenas
que por órdenes ajenas
hicieron de la representación de mi cabeza 
en esta realidadcita 
una melcocha.

El tiempo perdido
el tiempo perdido 

Tantas cosas que hice
tantas cosas que ya no hice

Mi ánimo revuelto por manos ajenas.
Mi cerebro revuelto 
toda yo revuelta y perdida por manos ajenas,
en manos ajenas.

Ziruma, 17 de agosto de 2014

domingo, agosto 10, 2014

Asesinado el doctor Héctor Abad Gómez... (por Manuel Mejía Vallejo)

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El doctor Héctor Abad Gómez
ha muerto
Su familia invita a las exequias
que se celebrarán, hoy, a las 4 pm
en los Campos de Paz


Por Manuel Mejía Vallejo

Así rezará el cartel funerario, lo leeremos al lado de su cuerpo yacente, él, que siempre mantuvo una actitud erguida ante la vida, ante la autoridad cuando fue arbitraria, ante una sociedad indiferente y viciosa por no saber del mal ajeno, ante la injusticia y la crueldad de un mundo completamente desbordado (Héctor, hermano, estás definitivamente muerto, y todo en mí se rebela, y todo en mí grita que no puedo ver tu vida en fuga desde un país que ha perdido el respeto y la memoria.

Vos, mi camarada en tantas noches buenas, en las noches duras cuando creímos inocentemente que podríamos salvar a otros y salvarnos. Vos, Héctor, respiración tan junto al hombro, tan junto a la sangre, tan junto al pulso tranquilo o amargo de los días pero la literatura se va al diablo cuando miento tu nombre de hombre sano y bueno, vecino del caído, brazo abierto frente al desamparado, entero frente al universo y sus cosas Ahora estoy lleno de tus letras, y recupero mi derecho al llanto, a veces el llanto es necesario junto a la desolación.

Morir es ridículamente fácil, basta con dejar de respirar, o con olvidarse totalmente de los seres amados. Debería existir el derecho de escoger la hora de la muerte, o de envejecer serenamente junto a las tradiciones y costumbres auténticas La muerte ha caminado siempre cerca de nuestros pasos, y sería cobarde rehuirla cuando ataca las puertas que deberían guarecernos. Ahora yaces ahí, digno en tu muerte, cabal, señor, valeroso, tan dueño de tu bondad, tan completo en la ternura y el dolor y en la suave alegría de un simple cumpleaños, de un bautizo o un matrimonio, frente al paisaje de árboles altos, en los días azules para el regocijo.

Te recuerdo cuando en el Hospital de San Vicente, último año de tus estudios, tratabas de salvar una pobre mujer mal preñada, un herido de puñal o de vida, un desamparado merecedor de que los días lo quisieran, o por lo menos de que no lo ignoraran tan cruelmente. Te recuerdo cuando ibas en tus campañas a vacunar y proteger indios Guaíbos, katíos, huitotos y sibundoyes, y estabas contento por haber salvado unas vidas de esos nuestros hermanos del llano y de la selva. Te recuerdo en tu cátedra de medicina preventiva, en tus charlas sobre la dignidad del hombre y sus derechos. Te recuerdo cuando algunas noches hablábamos del amor y la piedad y la ternura y el olvido, frescos los corazones al viento de la patria. Te recuerdo con Cecilia en los momentos iniciales del amor y en el trajín de la vida, siempre a tu lado en la buena y en la mala; te recuerdo cuando hablabas de los hijos con  orgullo pausado, y cuando tus rodillas parecían conservar el peso suave de tus nietos.

Pero en este momento es verdad una verdad absurda: saber que Héctor Abad Gómez ha muerto, y que con él mueren algunos de nuestros propios años ¿ quién hablará como él de la paz y la concordia, quién dirá nuestros deterioros? Era una conciencia moral en este país cruel y desgarrado. Tal vez decir muerte equivalga a decir resurrección, y nuestra pequeña bondad creería inocentemente  en la bondad del mundo, como otro de los buenos engaños a que siempre nos han sometido. Tal vez tendríamos los brazos abiertos contra los fusiles, contra las bombas, contra el duro ejercicio del poder.  Tal vez.

Pero la tristeza - una palabra desacreditada- no podría decir ni la sombra de tu fuga, así estén húmedos los ojos y apretado el corazón. El llanto ya no lava nuestras culpas, ni el remordimiento ajeno devolverá los años del júbilo, cuando hablábamos de la esperanza y de los buenos días para el amor que irremediablemente debería llegar.

De pronto te convirtieron en una ficha más para esta lista negra de los bárbaros y los sombríos y los depravados, lista donde iban esos nombres  -Pedro Nel Valencia, Leonardo Betancur, Felipe Vélez Herrera- gente absolutamente irreemplazable y cuyo pecado único era creer en los seres humanos y tratar de buscarles un camino de libertad y serena confianza en la vida y en las cosas.

Ahora empezarás a poblar el recuerdo de quienes te tratamos y conocimos, ahora estás en el territorio oscuro de la muerte, a donde nuestro reclamo llegará, como otro olvido. Porque yo sé, Héctor hermano, que dentro de poco borrarán tus hermosos afanes: vivimos en un país que olvida sus mejores rostros, sus mejores impulsos, sus mejores guías, y la vida seguirá en su monotonía irremediable, de espaldas a los que nos dan razón de ser y de seguir viviendo. Yo sé que lamentarán la ausencia tuya, y un llanto de verdad humedecerá los ojos que te vieron y te conocieron. Después llegará ese tremendo borrón, porque somos tierra fácil para el olvido de lo que más queremos.

Te has ido definitivamente en un largo paseo al territorio de los sueños perdidos, donde ya ni las sombras tendrán su baja estatura. Te nos has ido sin aviso previo, no te lo perdonamos, no sé hasta qué medida debemos perdonar a los que te asesinaron. Únicamente estoy convencido de que en mi caserón de Ziruma habrá una flor permanente que recordará tu voz y tus canciones.

Ahora vendrán esas siempre vanas promesas de investigación exhaustivas; esas constancias de dolor colectivo que dejarán nuestras instituciones; esos lamentos más o menos protocolarios, como quien desganadamente se despide, y las placas conmemorativas, y los dolores sinceros ¿Dónde el ánimo de protesta verdadera y recuperación? ¿Dónde el doble de campanas que doblen por nosotros mismos? ¿Dónde los que permanecerán firmes como él? Porque siempre estuvo de frente y de pie, activo y vigilante, creedor de nuestro pueblo, sencillo y amoroso, altivo y humilde, dolor él mismo ante el dolor ajeno, luchador y esperanzado.

Yo sé, es cierto, que lamentarán tu ausencia, que dirán de tu presencia y tus bondades, que rezarán por tu descanso, que rescatarán tu nombre y pronunciarán discursos bien intencionados, pero nadie te resucitará, es un hecho atrozmente irrevocable. Yo sólo sé que ahora estoy llorando por tu ausencia injusta, Héctor Abad Gómez, por tu fuga irremediable, por lo que representabas en un mapa indiferente ante su propia sangre. Porque tu sangre ha manchado la reciente historia de un país que sigue siendo el nuestro y al que nadie podrá perdonar, así lo llevemos tan cerca del corazón Cómo nos duele Colombia, vulnerada y entrañable en esta hora de su via-crucis, que no pasa de ser una herida inmensa.

Hoy tengo temblor de rabia y angustia, cercano del arma que podría invitar a otra venganza porque estamos saturados, porque a la vida están convirtiéndola en el peor espanto. Pero sé, Héctor hermano, que también ese olvido llegará y será como un monstruo que todo lo arrasa y tampoco de tu nombre tendrán memoria. Yo sé que tu muerte será ligeramente inútil, y que tu heroísmo se agregará a todas las ausencias. Sé que los niños seguirán yendo a sus escuelas precarias, y los padres vigilarán los días del duro pan; sé que los ancianos seguirán añorando una tierra que debió haber sido la mejor, y sé que los himnos se repetirán en los labios insomnes. Sé que estamos escribiendo tu nombre en el viento.

Y seguiremos preguntándonos, como acaba de preguntar Adelaida, mi hija de cinco años: ”¿Por qué mataron al amigo de mi papá?”. Y la respuesta imposible: -”Hemos tocado fondo, niña pequeña”. Porque te has ido, amigo noble, y sin tu presencia serán oscuras las aulas y grises las calles y desamparado el paisaje que tanto querías. Porque a los campos de paz los han convertido en verdaderos campos de guerra.

Sin embargo sé también que a pesar de todo algún día la vida ganará y entonces recordaremos -recordarán los sobrevivientes- que eras un hombre de estatura excepcional, y alguien cantará una canción, o dirá un silencio en tu homenaje. Tal vez aún esté muy lejos el día de las semillas y las siembras, y más lejos todavía el buen tiempo  de cosechar.

Hoy, simplemente, los que te quisimos y admiramos venimos a despedirte
con pañuelos en las manos y en los ojos.

sábado, junio 14, 2014

"Cunyé, cunyé, cunyé"

cunyé, cunyé, cunyé 
amásalo con los pies

cunyé, cunyé, cunyé 
amásalo con los pies

cunyé, cunyé, cunyé 
amásalo con los pies

– canta la anciana feliz de ser anciana a su bisnieto

jueves, mayo 29, 2014

Milito al lado de mi país… Manuel Mejía Vallejo

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Orden del Congreso de la República de Colombia a Manuel Mejía Vallejo
MILITO AL LADO DE MI PAÍS
El Colombiano
Martes 11 de noviembre, 1997
Cultural 5C

En los momentos más lúcidos, como en las horas más difíciles, el escritor antioqueño siempre está con Colombia. Lo dijo al recibir el viernes la Orden del Congreso. Sus palabras fueron leídas por Jaime Jaramillo Panesso. He aquí el texto, con entretítulos nuestros.

Recibo con profundo agradecimiento esta condecoración, en momentos que exigen una seria reflexión entre los colombianos, y en particular entre los intelectuales y hombres de letras que a veces parecen perdidos o distantes, salvo excepciones, de los grandes problemas de la nación.
Una condecoración, que invoca para su imposición la democracia participativa y la construcción de la ley, debe, en primer lugar, dirigirse a ella. Nuestra democracia es una construcción particular, como lo ha sido en otros países del mundo que escogieron, desde hace muchos años, este camino. Para que una democracia funcione se requiere, ante todo, de ciudadanos convencidos de su papel dentro del Estado. Colombia tiene muchos habitantes, treinta y siete millones, pero pocos ciudadanos y ciudadanas. La ciudadanía no nace a los diez y ocho años en cada colombiano, sino que se forma desde la crisálida de la niñez, hasta el ejercicio participación total, con responsabilidad, en la adultez. Es un asunto de educación, y es un asunto de satisfacción con la forma y nivel de la vida de la nación. Contra el ejercicio ciudadano conspiran, no sólo las tentaciones resentidas de la izquierda totalitaria, sino el ejercicio autoritario de quienes ejercen el poder. La Constitución de 1991 abrió importantes puertas a una mayor democracia y a la reconstrucción de un Estado más fraternal y amable. Pero necesitamos incluir a los disidentes que recurren al fuego de las armas, y requerimos una sociedad con mayor equidad, la cual no se logra sin una profunda reforma de la propiedad agraria y sin una aplicación equilibrada de los presupuestos de Estado. Para ambos casos necesitamos la paz.

RECONCILIACIÓN
No está lejos el momento para iniciar este proceso de reconciliación en el cual los intelectuales y los hombres y mujeres de la cultura no pueden estar a la expectativa, sino producir hechos, y compromisos para que la democracia se consolide. Yo sé que existen proclividades sentimentales y miedos. Pero el momento no admite una espera contemporizadora.
De otro lado, las fuerzas políticas que agrupan con distintas opiniones, a la gran mayoría del pueblo, tienen que reflexionar y corregir rumbos internos. Para que la paz sea producto del más amplio consenso, los partidos, fracciones y sus movimientos deben tener un entendimiento mínimo nacional sobre una plataforma que nos permita sobrevivir como nación. De lo contrario las fuerzas disolventes de todo tipo de delincuencia, las presiones extranjeras de orden político y económico, presiones que van desde los vecinos fronterizos  hasta las potencias y las organizaciones internacionales, nos pueden llevar al colapso y al fraccionamiento.
Invoco como escritor el poder traumatúrgico de la palabra para que sirva no sólo al diálogo, a la tolerancia y la paz, sino como instrumento de la nación para dar el salto que supere nuestras divisiones internas y el apocamiento de la academia, las artes y las ciencias, en este obligatorio renacimiento del alma y la inteligencia de la patria.
Como bien lo saben ustedes los aquí presentes, tengo especial predilección por Antioquia, esa que discurre en mis obras y en mis sueños. La palpo con la yema de mis pensamientos y pasiones, y la encuentro vigorosa. Pero Antioquia necesita cohesionar sus gentes para un proyecto de desarrollo sostenible y descentralizado que incorpore a sus más lejanos municipios para que el Valle del Aburrá, y su capital departamental, no se conviertan en un monstruo macrocefálico que agote a la provincia, exprima a los habitantes más lejanos y marchite la vida económica de la comarca.

A MIS AMIGOS
Antioquia nunca ha dejado su liderazgo en muchos aspectos de la vida nacional. Pero si no reconstruimos un equipo dirigente integrado, en donde empresarios, líderes comunitarios y sociales, académicos, intelectuales, políticos y periodistas señalen de manera mancomunada, los planes y los objetivos de una sociedad moderna y revisada, Antioquia llorará sobre su pobre negación y estancamiento. Entonces el ron de mis amores dejará de ser el símbolo, y el bambuco rodará sobre las piedras sin que arriero alguno recoja sus sentidas melodías, ni habrá mula de cuatro patas que lo acompañe en las lomas de la historia.
Guardo las fundadas esperanzas de que la democracia colombiana sea mucho más que una condecoración. Que, además, sea defendida por la gran mayoría de nuestros ciudadanos, porque hace parte de la cotidianidad y de la convivencia. Llamo a mis amigos de la cultura y de las letras para que, sin abandonar su independencia de criterios, se expresen colectivamente frente a las circunstancias asumiendo el reto de ayudarle al porvenir de la nación de manera propositiva, rescatando para todos los colombianos el sentido de lo político, valga decir, de lo público, como objeto de la ciudadanía toda, sin distingos de ninguna clase, para que cierre el foso de los que presuntamente piensan y de los que presuntamente administran en nombre de todos.
Recibo la Orden del Congreso de Colombia como un reconocimiento al ciudadano y como un estímulo al escritor. Tengan la seguridad, Señores Congresistas y oferentes, que milito al lado de mi país en sus momentos más lúcidos y en las horas más difíciles. Gracias por inscribir mi nombre al lado del Estado de Derecho.

Manuel Mejía Vallejo
Noviembre de 1997

miércoles, enero 22, 2014

lunes, diciembre 30, 2013

"There is no doubt that the first requirement for a composer is to be dead"

Arthur Honegger

- Cortesía de Jose Santamaría que puede tener de las mejores frases en el messenger.

Esperando el bus, esperando el bus


Pispo

Delicias del lenguaje

Delicias del lenguaje

limar es pasar una lima para gastar algo, con algunas cosas, se te gastan las neuronas es como limarlas
"se te limó la cabeza" y de ahi se desprenden "sos un limón" o " qué limado"

Cortesía: Carlos Gattoni
(Buenos Aires, Argentina)

Otro poema del padre

Como la abeja,
el hombre
se debate contra el vidrio.
Con una diferencia:
no hay vidrio.

Manuel Mejía Vallejo

domingo, diciembre 29, 2013

Se me devolvió el poema que tantas veces me salvó…

jeje…
la vida, ¡uau!
¡cómo me sorprende la vida!
Especialmente, cada vez que pienso que ya la tengo…
coge y me revuelca,
m'enlicuadora
y m'enlavadora
y m'…

jeje…
la vida,
¡uau!

¡Cómo me sorprende la vida!

(y… ¡cómo me dan de duro estas sorpresas!


jeje…
la vida,
¡uau!

¡Cómo me sorprende la vida!

sábado, diciembre 28, 2013

"T'estoy queriendo tanto que t'estoy acostumbrando mal"


Anoche me lo dijo Pedro:
lo duro del amor es el olvido.
Cuestión de la bebida:
lo duro, Pedro, del amor,
es olvidar la vida.

- Manuel Mejía Vallejo
                        Memorias del Olvido

viernes, agosto 30, 2013

Dedicatoria de La Casa de las Dos Palmas de Manuel Mejía Vallejo a Dora Ramírez




































"Entre el recuerdo, la vida actual y las canciones, doña Dora, siguen pasando los años llenos de rostros amigos y obras que pueden justificarnos. Si es que necesitamos justificar el breve paso aquí en la tierra chambona y redonda y entretenida.
¡Salud y contento!
Manuel.
Ziruma, mayo -88"

viernes, agosto 23, 2013

THE WAR OF THE WORLDS

Tomado de: USA, 1938, emisión de radio : con las voces de Orson Welles, Frank Readick, Kenny Delmar, Ray Collins
Director - Orson Welles, Guión - Howard Koch, basado en La Guerra de los Mundos de H.G. Wells

Trama: 30 de octubre de 1939. La CBS emite su habitual transmisión de radio - un espléndido concierto con la orquesta de Ramón Raquello -, la cual se ve interrumpida por un flash que informa de la aparición de numerosos destellos sobre la superficie del planeta Marte. La CBS envía su mejor reportero, Carl Phillips, a hablar con el reconocido astrónomo Richard Pierson para obtener una opinión autorizada del fenómeno... pero, en medio de la entrevista, comienzan a surgir informes sobre la caída de numerosos meteoritos cerca de Grover Mill, en las inmediaciones de la universidad de Princeton donde ambos se encuentran. En cuestión de minutos el periodista y el científico se trasladan a la zona, sólo para descubrir que los meteoritos en realidad son gigantescos cilindros metálicos que albergan enormes máquinas de guerra provenientes de Marte, las cuales surgen de su interior y comienzan a aniquilar a todas las personas cercanas al lugar. La CBS logra montar un vasto operativo informativo, con enlaces directos a las tropas que libran batalla contra los marcianos en Grover Mill, mientras intentan dar con el paradero de Pierson, el cual parece tener una teoría acerca de los invasores. Pero los trípodes marcianos son imparables y dejan un sendero de destrucción y muerte a su paso, claras señales de que la era del hombre sobre la faz de la Tierra ha llegado a su fin.
  - See more at: http://www.sssm.com.ar/arlequin/war-worlds-radio.html#sthash.PWSRlKZF.dpuf

viernes, julio 19, 2013

Boletin de prensa - 22 de julio 2013





Belisario Betancur rendirá homenaje a Manuel Mejía Vallejo
El expresidente encabeza la lista de personalidades que se suman a la conmemoración de los quince años de la muerte del escritor colombiano, autor de La Casa de las dos Palmas. La oportunidad permitirá también hacer un repaso de la ley 1619 de 2013 recientemente aprobada que incluye –entre otras- la realización cada año del Festival de Cosas Buenas en Medellín.
Medellín, Julio 18 de 2013 - El lugar donde Manuel Mejía Vallejo vivió sus últimos años y en el cual aún reposa –convertido en un roble de 15 años- es el espacio donde en la tarde del próximo lunes 22 de julio se llevará a cabo un encuentro íntimo para dialogar sobre la vida del escritor nacido en Jericó, a partir de las anécdotas que marcaron su amistad con figuras reconocidas en el mundo del arte, la política y la empresa privada.
Además del expresidente Belisario Betancur, participarán Dora Ramírez, Hugo Zapata, Óscar Jaramillo, Luís Fernando Peláez, Jaime Jaramillo Panesso, Orlando Mora, Óscar Hernández, Elkin Restrepo, Darío Ruiz y otros amigos de Mejía Vallejo.
Su trabajo como docente en la Facultad de Minas de la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, motivó a sus alumnos, muchos de ellos hoy convertidos en presidentes de algunas de las más importantes compañías del país, para que desarrollaran un profundo amor por las humanidades en los nacientes ingenieros.
Como director del Taller de Escritores de la Biblioteca Pública Piloto en la capital antioqueña potenció la carrera de algunos de los escritores colombianos más reconocidos en la actualidad.
2013: un año de homenajes a Mejía Vallejo
El pasado mes de marzo, fue sancionada por el presidente Juan Manuel Santos la ley 1619 de 2013 en honor a Manuel Mejía Vallejo, a través de la cual se logrará la recuperación de memorias y raíces culturales colombianas impulsadas por el escritor, librepensador, periodista e intelectual colombiano.
El 23 de abril, Día del Idioma también se celebró su natalicio 90. Este momento ha servido de ocasión propicia para que instituciones como el Congreso de la República, la Feria Internacional del Libro de Bogotá, Universidad EAFIT, Universidad de Antioquia, el Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo, la Corporación Otraparte e incluso el VII Festival Internacional de Tango de Medellín (retomando su novela Aire de Tango, tras 40 años de haber sido premiada) realizaran múltiples homenajes que van desde exposiciones, publicaciones y programación académica y cultural.
Este es un importante logro de la Fundación Manuel Mejía Vallejo, que el próximo año celebrará diez años trabajando por mantener viva la memoria del escritor y generar estrategias, medios, recursos, además de apoyos fundamentales que permitan crear espacios de desarrollo convencionales y no convencionales para la formación de un tejido social incluyente, convirtiéndose en una entidad sin ánimo de lucro integradora de la cultura a la vida.
“Nuestras acciones se concentran en cuatro frentes: educación, recuperación de la memoria y las raíces culturales, proyección social y apoyo a proyectos, iniciativas y talento” asegura María José Mejía Echeverría, hija del escritor y actual directora de la fundación.
Festival de Cosas Buenas
“Es claro que me gustan las cosas buenas, y más si con ellas se hacen festivales”

 – Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos.


Uno de los artículos de la ley 1619 de 2013 señala la realización del Festival de Cosas Buenas. Esta iniciativa consiste en la puesta en marcha de una plataforma de promoción que articula y potencializa talento, inteligencia, proyectos e intereses, cuyo propósito fundamental radica en la creación de un tejido social consciente de sí mismo y de su entorno.
La ley garantiza la realización anualmente de este Festival de Cosas Buenas, organizado por la Fundación Manuel Mejía Vallejo en conjunto con el Ministerio de Cultura, la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín, Plaza Mayor, Universidad de Antioquia, Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo y otras instituciones.
El espacio del próximo lunes en la tarde, permitirá a los asistentes disfrutar de la presencia de grandes íconos de la cultura en Medellín y enterarse sobre cómo contribuir en el desarrollo de proyectos que promoverán el legado de Manuel Mejía Vallejo y la transformación de la sociedad actual.

Juan Sebastián Gutiérrez Garay
Comunicaciones
Fundación Manuel Mejía Vallejo
Teléfono: (57) 313-8706595  
fundacionmanuelmejiavallejo@gmail.com


jueves, julio 11, 2013

Vuelve la serie "La Casa de las Dos Palmas" y unas coplas cómicas

De lunes a viernes a las 12:30 m. con retransmisión a las 7:00 p.m. por Señal Colombia.

Más info acá:
http://m.eltiempo.com/entretenimiento/tv/vuelve-la-serie-la-casa-de-las-dos-palmas/12902465/1/home

Lo que escribió mi hermano a propósito:

Super,

Aunque el tipo de contrato que se hizo con ellos es tan leonino que no me extragnaria que nos cobren a nosotros derechos por volverla a pasar...

La Casa de las Dos Palmas
La dan por televisión
y a los hijos del maestro
ni les queda la pensión


Esperan a que aparezca
Francisca GarciaMuriel
pero pago de derechos
Ni orando el padre Gabriel

AhÍ les dejo mis hermanas

Otra copla mocha y noble
Para que don Manuel mismo
Se desentierre del Roble
 

… jajajaja…

miércoles, julio 10, 2013

Yo oía una bulla…

Recuerdo que oía una bulla fuertísima dentro de mí. Yo sentía que venía de otra parte, no sé de dónde. La sentía adentro, pero no sentía que proviniera de mí; yo sólo la oía. Yo sabía que las otras personas no podían escucharla. El sonido era parecido a un gruñido lleno, bajo, fuerte, cortante, tal vez…
Duraba un rato y después se iba.
Este recuerdo lo tengo ligado a Andrea Wilches, una compañera del salón en el Triángulo, a quién una vez enlos columpios de madera, altos y pintados de rosado en los que una vez, algunos niños queriendo asustarla la impulsaron tanto que dio una vuelta de 360* (más, en realidad, pues la columpiada siguió), hasta que la pobre, se bajó más pálida de lo que era, asustada y llorando.
La última vez que oí esta bulla estaba en el Colegio El Triángulo, debía estar en tercero o cuarto de primaria o tal vez más pequeña. En ese columpio (o en la escalerita del salón de pintura y después laboratorio de química) lo escuché por última vez.
Empecé a sentirlo fuertísimo, fuertísimo, como siempre, que se apoderaba un rato de mí y le dije fuerte con el pensamiento: ¡NO MÁS!
Entonces, paró y nunca volví a sentirlo.

¿Qué sería?

Viernes 15 de julio de 2011
Ziruma, El Retiro
11:06 a.m.