Ayer, por fin, ya sí, requeteconfirmé que este mundo se va a acabar.
Por favor, entiéndase el mundo diferente a La Tierra, este planetica que ha tenido que aguantarse este cancercito del ser humano, ¡pobre!
Ya se mamó de nosotros y está diciendo: ¡suficiente, suficiente!… estos se pasaron. Peor que los dinosaurios, que eran grandes, pero no tan agresivos. Estos sí me devoraron.
LAS CUCARACHAS, LOS COCODRILOS Y, lejos, EL HOMBRE
Así se debería llamar algo que escribiera, un articulito. Tal vez lo haga, seguramente no, como casi todo lo mío: proyectos hermosos imposibles de llevar a cabo (bueno, aunque ése sí sería posible).
Pero lejos por bruto. Que, además, cree que va a matar las cucarachas con baygón y otros y ellas que son las únicas que han pasado por todo, las únicas que resisten la radiación!!! el hombre es tan bruto que en vez de aprenderle a las cucarachas las quiere matar.
¡Qué se cree el ser humano! ¿qué nos creemos?
Una especie despreciable. Eso somos.
Una especie que tiene todo y destruye más.
No podíamos volar y se solucionó así como tantas cosas… pero no, "todo lo que crean lo usan para destruir", como decía esta peliroja Leeloo en en Quinto Elemento.
¡Qué ridiculez!
Sinceramente, nos merecemos morir.
Ahora, me voy a bañar y a prepararme para ver el final del mundo en vivo, sin necesidad de televisión, ni computadores, ni nada.
El mundo se acaba y nos va a tocar presenciarlo.
Ahora toca dejar la tragedia y la pendejada, querer bastante a Matías y disfrutar de esto el ratico que La Tierra todavía pueda dejarnos (qué pena con ella, por dios, habernos comportado así; es vergonzoso).
¡Me asombra la paciencia de La Tierra con el hombre.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario