miércoles, junio 27, 2012

Aún oigo ecos lejanos de tu nombre

Aún oigo ecos lejanos de tu nombre

Te trajo mi mente
¿o no fue la ella?

¿Quién te trajo, entonces?
No sentí nada más que mi cabeza racional trayendo tu presencia.
Mi racionalidad se rio de ella misma.

El corazón dijo que ya no existías…
(después, susurró tu nombre)
Después, añoró el eco lejano.

Pero ya vos no sos vos ni yo la misma.

Tal vez por eso…

Vuelvo a ser yo esa otra.
Vos no te enterás.

Soy la misma aunque tan distinta.

Ya la vida ha hecho de mí.
… y estoy tan nuevecita.

Nuevecita y gastada,
cada vez mejor y cada vez peor.
Cada vez llevando más y cargando menos.

Cada vez más yo.

¿Ves? te fuiste de mi mente cuando me recordé.
Fue un eco del recuerdo del deseo.

Ya vos no sos vos ni yo la misma.

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