Mamá de Matías (2002): lo máximo que me ha pasado.
Me gustan muchas cosas (y otras no). He sido una acomplejada por lo bonita. Soy brillante, talentosa, hermosa, inteligente, querida, cómica… y, con todo esto, es increíble que logre ser tan bruta.
Solamente puedo ser yo. Otros intentos no funcionan.
Sé de la gente las cosas más raras del mundo, por evasión a una pregunta simple: "¿quién es su papá?". Desde siempre evité que me lo preguntaran pues la gente cambiaba de actitud inmediatamente (a veces era muy bonito y otras no tanto y hasta desagradable por lambones). Ahora, y desde hace ya tiempecito, es una delicia jugar con eso.
Me ha marcado ser hija de mi papá, de mi mamá, nieta de mi abuela, sobrina de mis tíos, bisnieta de mis bisabuelos, presente de mis antepasados… a todos nos pasa, solamente que a nosotros un poquito más público, pero tampoco tanto. Soy un extraño punto medio.
No sé mucho de nada, pero sé muchas cosas y, si no, las hilo súper bien: soy buena costurera de palabras.
Me gusta mucho hablar y me gusta el silencio. Me encantan las palabras y juego con ellas con el debido respeto.
Me río de todo lo que soy capaz.
El actual: