ENTREGA COORDINACIÓN
“2023: EL AÑO SEÑALADO”
CENTENARIO MANUEL MEJÍA VALLEJO
A LA BIBLIOTECA PÚBLICA PILOTO
Buenas tardes.
Desde el año pasado, en un evento en el Parque Biblioteca Manuel Mejía Vallejo, Guayabal (Medellín) inicié algo que tengo metido en la cabeza desde hace tiempo: el ser humano debe ser más silencioso. No es una novedad que el ser humano se ha vuelto cada vez más bulloso, a tal punto, que los animales –lo evidencian los registros del canto de las aves– se han visto obligados a cambiar su sonido para poder seguir comunicándose.
Esta bulla crea, como reacción involuntaria, un incremento en el volúmen de cada quien (obvio, acrecentado por los aparatos que cada día se consiguen a menor precio en el mercado –y con un valor proporcional a su duración… ni hablar de la basura… otra bulla humana… en fin).
Este ruido crea una desarmonía sonora que cada vez va desesperándonos más y acrecentando la ansiedad que crea más bulla, lo que se convierte en una terrible y bullosa bola de nieve… bola de bulla y esto es reflejo de la fata de armonía que la humanidad y, por ende, el planeta y sus habitantes, están sufriendo.
Mi propuesta es empezar a hacer minutos de silencio humanos, claro, que nos ayuden a conectarnos con nosotros mismos y con nuestro alrededor, con los otros que, finalmente, es lo mismo, pues, aunque nos veamos separados, somos la misma cosa: parte de un planeta que, cual nave, viaja por el espacio a una velocidad de 107 mil kilómetros por hora.
MINUTO DE SILENCIO No.11
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