– Maria, ¿por un helicóptero mediano?
Pero no era eso.
A veces, la belleza me puede.
Esa sensación helada
que dejamos escapar porque no era nuestro destino.
Reviso nuevamente cómo habría sido la vida con él
y sé que no quepo en esa hielera.
Ahora bailo en el alma la sensación de esa bella imposibilidad
… y sonrío feliz
volando en mí
desde mi montañita.
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