Detesto caer en la cuenta de que
a veces
–y no pocas–
mi emoción remata en tu nombre.
Entonces,
vuelvo a maldecirme
y tengo que respirar profundo,
tratando de tener paciencia con tu olvido.
Ziruma
Libreta 120, p.83
25 de marzo, 2011
viernes, marzo 25, 2011
Suscribirse a:
Entradas (Atom)