miércoles, septiembre 13, 2017

¡Qué chiquitico el ser humano en su afán de grandeza!

¡Qué chiquitico el ser humano en su afán de grandeza!

Qué chiquitico lo veo;
como un hormiguero pisado:
sólo que él mismo es la huella destructiva
y, en lugar de reconstruir su hugar
–como hacen las hormigas–
insiste en su destrucción.

¿O habrá una conciencia colectiva que nos pide,
en nuestra culpa,
una destrucción?

¡Qué chiquitico el ser humano!
¡Qué inmenso afán de grandeza!

- ¡Qué pendejo es el ser humano!

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