lunes, mayo 11, 2015

Ya el pasado pasó y mi cabeza lo entiende

Ya el pasado pasó y mi cabeza lo entiende…
pero el cuerpo no responde.
Resucite, cuerpo, resucite.

Sólo quiere dormir este cuerpo mío
y la fuerza no me alcanza para levantarlo

El cuerpo no responde
y tampoco deja de ser.

Ya el pasado pasó y mi cabeza lo entiende, pero mi cuerpo no.

Como en la realidad…

Como en la realidad, en el sueño llegó una inmensa ola y volvió basura mis cositas.
En el sueño corría, corría en la arena relentizando mis pasos, cortos al patinar sobre ella…
Me preocupaba Matías en esa ola inmensa
– mini tsunami–
que se llevó mis cosas…
Pero lo importante era Matías… y estaba bien.

Mis cositas tratadas como basura,
emparamadas por la inmensa ola de la desesperación familiar…
¡Cómo juzgarlos!
¡Cómo no entenderlos!
y, sin embargo, entristece tanto eso
como la metáfora que representa.

Habré de inventarme una vida nueva.
Habré de inventarme, si la fe me da, un mundo nuevo
¡a estas alturas!
– a estas bajuras–

Baja, baja…
baja la marea que subió y se llevó todo.

Ya no quiero volver al sitio que calmó siempre mi alma.

Ya no quiero saber nada…

En realidad, ya nada sé.

¿Cómo se recuperará la fe?

Como en el sueño,
la ola,
desesperada,
se llevó mis planes.

Ola, ven por mí.

Como si mi cuerpo fuera de alguien más

Como si mi cuerpo fuera de alguien más,
no lo controlo.
Este duro cuerpo rebelado contra mí…
¡Cuerpo, cuerpo!
Dónde estará la conexión.
Resetearme habría sido mejor,
si hubiera encontrado el huequito pal clip.

Como si mi cuerpo fuera de alguien más
se rebela ante mí y no lo controlo.

Cuerpo rebelde,
como si fuera de alguien más…
Tal vez de otra que dejé en otra realidad amada que ahora no reconoce este cuerpo rebelde
que no me funciona.

Como si mi cuerpo fuera de alguien más…
¿Dónde está el control?