martes, junio 14, 2011

Confesión silenciosa

A veces pierdo toda la esperanza…
ni siquiera recuerdo por qué la esperanza…
y éste ya pregunta cosas
y ya sabe que se puede morir
y que se puede quitar la vida.

Yo trato de decirle cosas lindas
y le explico las cosas y lo inevitable de la vida
y lo bonito que a uno le toca ver
y las cosas en las que debe enfocarse
para que la vida siga siendo linda.

Yo era parecida cuando estaba chiquita,
pero era más silenciosa
Totalmente silenciosa.

Estoy triste,
en Ziruma,
sin entender qué es lo que me pasa
mientras estas lágrimas corren desordenadas
y molestas.

Ya no creo en cosas
que en otro tiempo eran mi energía y mi motor.

Veo cómo se mueven esas hojas afuera
Hojas de plátano y detrás un aguacate.
y cómo el sol, hace un momentico,
hacía brillar la veranera escandalosa.

y es hermoso



y yo estoy así, como estoy hoy…

Ziruma me salva.

2 comentarios:

Martha Lucía dijo...

A mi me salva mi hijo.
Me siento estancada, como que no avanzo.
Te entiendo y describes muy bien esa tristeza del alma, de la vida de ese enredo tan íntimo.

Jaime A. Orrego dijo...

Que bonito lo que escribiste. Tenés mucha suerte al poder recurrir a Ziruma para que te salve.
Un abrazo y ojalá nos podamos ver en julio cuando vaya.

Jaime