lunes, julio 02, 2007

La sinrazon


Veo en el espejo mis ojos grandes, hermosos y tristes. La sinrazón vuelve a apoderarse de mí y yo me siento indefensa en el hueco de esta sinrazón, sin encontrar ninguna razón para hacer el esfuerzo de salir de acá.

No me quiero morir, porque sé que no voy a hacerlo (al menos no tan pronto), pero los mínimos esfuerzos que requiere el mantenimiento de estar viva se me hacen insondables abismos para la voluntad que no encuentra razones para realizar un esfuerzo más allá de la más elemental existencia.

Me cuesta trabajo lavarme los dientes, la seda dental, me cuesta trabajo depilarme, lavarme la cara en la noche, me cuesta trabajo guardar la ropa en el clóset, me cuesta trabajo levantarme, me cuesta trabajo, incluso, llevar el vaso de agua a la boca cuando tengo sed.

Me cuesta trabajo estar con la gente y en mi soledad, reclamo a algunos.

¡Me cuesta tanto decidirme a hacer lo que ya decidí hacer!

Me cuesta trabajo hacer algo por mí y me resulta insoportable trabajar para otros en esta abstracta sociedad.

–¿Seré una boba facilista que simplemente no quiere nada?



Julio 2 de 2007
Libreta 81

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